lunes, 1 de agosto de 2016

Reflexiones sobre el Día de la Tapa “Villa de Brozas”




 

            He tenido la suerte este año de ser miembro del jurado del X Concurso de Tapas “Villa de Brozas”, acompañando a dos expertas como han sido Victoria Cantero, profesional encargada de los pisos tutelados y la joven amante de la cocina Mari Ángeles González, que el año pasado ganó el concurso con un plato consistente en una crema de queso en base de galletas.

            Durante cinco horas los tres miembros del jurado estuvimos recorriendo los once establecimientos que se habían inscrito en el concurso. Fue una delicia saborear el buen hacer de la cocina de gran parte de los cocineros o cocineras de nuestro pueblo que trabajan profesionalmente para deleitar, con productos extremeños, al público que quiere pasar unos días de asueto de sus vacaciones en la villa de Brozas.

            He apreciado, en muchos casos, cariño, profesionalidad y buen gusto, y en otros – que todo hay que decirlo- cierta dejadez, y sólo se apuntaron para sacer una “pelas” más al ciudadano que se acercara hasta su establecimiento para ofrecerle algo que era poco menos que incomible y sin gusto por la estética gastronómica.  Algunos profesionales son excelentes –tanto que hubo una mención especial- y algunos pocos dejan mucho que desear y tienen mucho que aprender, en la calidad y originalidad de los productos utilizados y en la elaboración de los alimentos extremeños, así como en la forma de servirlo. No todo es intentar ganar dinero con una tapa.

            Lo que sí hemos podido comprobar que cuatro horas no es tiempo suficiente para poder degustar, probar y catar más de 22 tapas (se apuntaron 11 establecimientos que podían ofrecer como mínimo dos tapas y algunos brindaron hasta tres). Bien es verdad que al no haber tiempo suficiente, algunos profesionales de la restauración broceña decidieron sacar todas sus tapas y no dejar probar al jurado. De ahí que los tres miembros del jurado elevaran, por unanimidad, la siguiente sugerencia para la próxima edición: Que el XI Concurso se celebre durante dos días -sábado y domingo- y así, al margen de que haya más tiempo, los clientes puedan degustar- si lo desean- todas las tapas ofertadas.

            En resumen, un buen nivel de participación en calidades y servicios gastronómicos, salvo alguna excepción, que muy bien debiera tomar en cuenta de que si se esmeran ofertando buenos productos finales, sus clientes se lo agradecerán.

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