Muy bien organizado por entidades
locales y regionales, con especial incidencia de la Federación Extremadura
Histórica; la Asociación Histórica Metellinense y con escasa ayuda oficial, salvo
la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, y los Ayuntamientos de
Medellín y Trujillo, se ha celebrado en la localidad natal del padre de la
Patria de México, Hernán Cortés, y en Trujillo, el Congreso Internacional
dedicado a este personaje de la histórica universal.
Llamó poderosamente la atención la
revelación del hispanista francés, asentado en México, Christian Duverger quien
habló que “La verdadera historia de la conquista de la Nueva España” no es obra
de Bernal Díaz del Castillo, sino del propio Hernán Cortes, hecho que rebate mi
buen amigo, también organizador del congreso, Esteban Mira Caballo, biógrafo de
Cortés. En la jornada de clausura hable
con Duverger y le hice este comentario, me contestó que es bueno que su teoría
sea discutida incluso rechazada, pero que, a pesar de haber investigado en los
Archivos Secretos del Vaticano, aún hay mucha documentación que no ha sacado a
la luz para demostrar que Hernán Cortes fue el autor de ese histórico libro atribuido
a Díaz del Castillo, pues nadie como el propio Cortés conoce en profundidad la
aventura de su propia vida.
Mi aportación a este congreso fue la comunicación “El
jefe de Hernán Cortés, el brocense Nicolás de Ovando”. Todo ello se puede ver
si pica este enlace en mi blog “Cronista de Las Brozas”:
Hubo interesantes conferencias sobre
la familia de los Cortés, la estrategia militar del conquistador, el arte
novohispano en aquellos tiempos, coordinada por Francisco Pizarro, director de
la Real Academia de Extremadura; la visión mexicana la dieron la doctora Alicia
Mayer, de la Universidad Autónoma de México con la conferencia “Cortés en la conciencia
mexicana del siglo XXI”, que se puede resumir en una frase durante la clausura
en Trujillo. “Yo cuando vengo a España me
siento en mi tierra y cuando n español ¡va a México, se siente en la suya”,
además del profesor Rodrigo Martínez Baracs, de la Escuela de Antropología de
México, quien trató el tema “La conquista de México. Tres perspectivas de
estudio”, “pues la historia de la
Conquista ha vivido un progreso en el estudio de una documentación que ha permitido
superar muchos de los prejuicios partidarios, como los de los indigenistas
contra hispanistas y así conocer mejor tanto a los conquistadores como a los
conquistados”.
El congreso fue todo un éxito, con
más de 250 asistentes, que llenaron continuamente las salas, 15 ponencias y
40counicaciones, pero sin duda alguna el que supo resumir la situación actual
en un `precioso ensayo, leído en la clausura, fue el periodista José Julián
Barriga, que fuera director de comunicación en Moncloa, siendo presidente
Adolfo Suárez y director de la agencia de prensa “Servimedia”, sobre “La leyenda negra y su influencia en la
imagen de la España actual, con especial referencia a Extremadura”. Barriga
dijo que la leyenda negra de España no es un tema del pasado; está presente hoy
pues es un virus histórico que reaparece, pues es algo que está firmemente
asentada en la intelectualidad y en el pueblo sobre la crueldad y barbarie de
los españoles, creado una conciencia colectiva del mundo. Debido a esto, los
españoles mantenemos un sentimiento de culpabilidad que traspasa generaciones
enteras. España nunca ha sabido refutar las apreciaciones negativas y ha calado
en la conciencia colectiva que todavía hoy los españoles somos muy críticos con
nosotros mismos y nuestra forma de ver la vida. Y además se juzgan los acontecimientos
históricos de los españoles en América a luz del siglo actual, cuando realmente
se deberían hacer con los parámetros ideológicos de la recién fallecida Edad
Media.
Hay
casos tan curiosos que una serie de televisión, patrocinada por la española
Movistar, considera a los españoles que conquistaron y colonizaron los territorios
americanos como “desgraciados”, “gentes
de mal vivir”, “esclavistas”, “condenados a muerte”, “grandes piratas”, “perros
de guerra amamantados con hierro y con sangre”?. Aquí
habría que argumentar lo que escribe Stanley G. Payne: ¿Cómo entender que unos miles de exploradores y conquistadores hayan
extendido el dominio sobre un territorio de dimensiones casi inimaginables
(quince millones de kilómetros cuadrados) en menos de medio siglo mientras que
a la otra gran potencia de Ultramar, Inglaterra, le llevó más de un siglo y
medio ocupar un espacio físico
infinitamente menor? España creó
en toda América “una nueva civilización
plagada de universidades, hospitales y que, en determinados casos, llegó a
competir con la metrópoli en ciencia e industria”, en palabras de Antonio
Domínguez Ortiz.
Los aspectos más negativos de la
leyenda negra española fue la matanza de indios, el expolio de la plata y ricos
minerales de las colonias, pero ante estos dos elementos de la leyenda negra,
aumentada por los escritos de fray Bartolomé de las Casas y el discurso del
dominico Antonio Montesinos en la isla de la Española (República Dominicana y
Haití), hay que decir que las numerosas Leyes de Indias ha supuesto que durante
siglos España fuera la avanzada de los derechos humanos. Otro importantísimo
valor de España en América fue el mestizaje, algo que otras potencias coloniales
han minusvalorado. De ahí que se pueda decir que la mundialización nació en la
América hispana. Y a mi lado se encontraba el profesor Tomás Calvo Buezas,
natural del pueblo cacereño de Tornavacas, uno de los más importantes estudiosos
del mestizaje y afirmaba con la cabeza. Y en lado positivo de la labor de
España en América fue la fundación de universidades y hospitales. El primer hospital
fue fundado por mi paisano Nicolás de Ovando en la Hispaniola en 1503, el hospital
de San Nicolás; el primero de los estados Unidos fue en Nueva York en 1663. La
primera universidad fue en 1538 en lo que hoy es República Dominicana y la primera
norteamericana fue en 1757, en Filadelfia.
Y ante esto nos une el idioma, que
hoy hablan casi 600 millones de personas, en 20 países, como puso de manifiesto
en la conferencia de clausura el economista Ramón Tamames, presentado por Bartolomé Miranda Díaz, sugirió que
hubiera un encuentro en Madrid el 8 de noviembre de 2019 del Rey de España, con
el presidente de la República de México, Manuel López Obrador, nieto de
españoles, en recuerdo del encuentro entre Hernán Cortes y el emperador Moctezuma,
celebrado el 8 de noviembre de 1519
Más información en la agencia EFE: https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2019/04/06/deberian-pedir-perdon-quienes-ignoran-la-figura-de-hernan-cortes-1307809.html#
La leyenda negra continua promovida
en España por movimientos populistas y nacionalistas e independentistas, y en
América por movimientos indigenistas, pero antes, esto, José Julián Barriga propone
un mayor conocimiento de la historia, de manera desapasionada, y por parte de
España que el Gobierno central aplique todos sus esfuerzos a través de las instituciones
públicas como la España Global, el Instituto Elcano, el Instituto Cervantes o
la Real Academia Española para que el descubrimiento y la conquista de América
por los españoles sea respetado como uno de los grandes hechos de la Historia
de la Humanidad, pues hay que poner a la luz de manera científica y divulgativa,
incluyendo el cine, la gran gesta que esto supuso, en beneficio de la buena
reputación de España.
Y en lo referente a Extremadura y América,
copio un texto del conferenciante Barriga:
“La historia de Extremadura, sin su referencia a la Conquista y al Descubrimiento,
es insignificante, y nada ni nadie podrá justificar la desatención con la que
la sociedad extremeña, la civil y la institucional, trata su pasado americanista”.
Se dio la palabra al público e
intervine brevemente como cronista oficial de Las Brozas, lugar de nacimiento
de uno de los primeros extremeños en América el gobernador Nicolás de Ovando, sustituto
de Colón, para que en una segunda edición de este congreso se dé más participación
a mexicanos y españoles de la sociedad civil que velen por un acercamiento de
ambas posturas enfrentadas durante décadas; Ramón Tamames asumió lo que un servidor
argumentó.