Mi abuelo Pepe Rivero compró una casa en Brozas, la casa con
la mejor vista de todo el pueblo. Da al sur y se ven varios pueblos, empezando
desde la izquierda por Aliseda, Herreruela, Salorino y allá al final, sobre la
montaña, a 100 kilómetros por carretera, - ¡sí 100 kilómetros!,- el pueblo
portugués de Marvao, que debe el nombre al rey de Badajoz Ibn Marwan
Pues bien hoy he estado en la ermita de Nuestra Señora del Puerto,
en Madrid una ermita del siglo XVIII
levantada por el marqués de Vadillo, que para entendernos fue alcalde
(corregidor) de Plasencia, y por ello levanté este templo a las orillas del río
Manzanares, más abajo del Jardín del Moro, en el Palacio Real. Precioso el
barroco retablo, de Pedro de Ribera. En esta preciosa ermita mi amigo Valeriano
Cotrina, todo un personaje aliseño, me ha invitado a la festividad de Nuestra
Señora del Campo, Patrona de Aliseda.
Ha actuado el grupo de la Casa Extremeña de Pozuelo de
Alarcón que ha cantado la famosa Misa extremeña. Ha oficiado don Juan Ignacio, párroco del lugar y le ha ayudado
como monago, Miguel Montero, hermano mayor de la cofradía de Nuestra Señora del
Puerto, Patrona de Plasencia .
He recordado que en esta calle vivía Pedro de Lorenzo, periodista
y escritor, y director de ABC, al que tuve el honor de nombrar, precisamente en
Plasencia, primer socio de honor de la
Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura, de quien
tengo el honor de ser su presidente fundador.
Me senté en la mesa con mi amigo Andrés Álvarez, que fuera
presidente de la Casa de Extremadura en Carabanchel y donde fui a pronunciar
varias conferencias en diversas jornadas culturales. Aún conserva Andrés, a sus
80 añitos, ese entusiasmo por todo lo extremeño.
Al final hubo un almuerzo de hermandad en el hotel Asturias,
cercano a la Puerta del Sol, mientras en otra parte del restaurante un numeroso
grupo de turistas navarros de viaje por
Madrid, llenaba el local. La comida fue muy agradable y hubo hasta momento de
recuerdos de Valeriano quien se “enchufó “ durante su servicio militar en el
Ministerio del Aire con un teniente de Brozas, quien a su vez tenía interés en
enchufar a uno de sus hermanos como veterinario en Aliseda. Al final el puesto
de veterinario oficial se lo llevo un ciudadano del vecino pueblo.
En resumen, este sábado ha sido una jornada de compañerismo
y de extremeñidad.