Este fin de semana tan invernal, uno
se ha quedado tranquilo en casa. Ha dado tiempo a repasar internet y me encuentro
que un historiador de mi pueblo Felicísimo García, ha publicado la historia americana
de un brocense: Francisco Gutiérrez Flores, quien emigró, con su mujer y sus
dos hijos, a finales del siglo XVI a la costa oriental de Venezuela.
Cada viaje que se realiza tiene tres
grandes momentos: La preparación, el disfrute del propio viaje y los recuerdos.
A lo largo de mi vida profesional habré estado unas 20 veces en el continente
americano, la primera siendo muy joven cuando vivía en Mallorca y se da la
circunstancia que estando a un paso de Portugal, el primer país extranjero que
pisé fue Venezuela, con un viaje de 24 días por tierras americanas, pasando
posteriormente a Argentina y Brasil.
He tenido la oportunidad de estar
dos veces más en Venezuela y en su país hermano: Colombia. En 2011 viaje
invitado por el Gobierno colombiano a la feria turística ANATO y tras disfrutar
unos días en la región cafetera de Pereira, pasé unos días en la capital,
Bogotá, y cuando visitaba la plaza de la catedral, caí en la cuenta que uno de
los hijos ilustres de Brozas había sido arzobispo de esa ciudad. Lo reflejé en
un artículo ya publicado:
Y lo mismo me ocurrió este fin de
semana al leer los tres artículos de Felicísimo García sobre este personaje histórico
de mi pueblo. He recreado el viaje, también en 2011, para estar presente en la
FITVEN (Feria Internacional de Turismo de Venezuela), que se celebró precisamente
en la isla de Margarita, con extensión a la isla de Coche, territorios por los
que estuvo el brocense Francisco Gutiérrez Flores. Me asombró, viendo aquello,
que hubiera en la zona un territorio que se llamara Araya.
Y aquí dejo mis reflexiones con ampliación del viaje
que me hice a algo único en el mundo tras seis horas navegando por un río y atravesar
la selva venezolana para llegar hasta el Salto Ángel, la catarata más alta del
mundo, casi un kilómetro de caída libre.
El frío de este fin de semana y la reseña del historiador
broceño me han traído estos recuerdos que quiero compartir con todos: