Acaba de editar la Diputación de Cáceres un libro
titulado “Guía de Conjuntos Históricos de la Provincia de Cáceres”. Con un
equipo formado por Cristina Pérez-Sala Failde, como redactora de la guía;
Enrique Rodríguez Extremeño como ilustrador, bajo la coordinación de C2O
Comunicación y diseño de Extremeño Estudio. El libro ha tenido una financiación
el 75 por ciento del FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional)
De los 18 conjuntos históricos artísticos que hay en la provincia,
los autores realizan una ruta que comienza en Trujillo y sigue por Guadalupe,
Villanueva de la Vera, Valverde de la Vera, Cuacos de Yuste, Pasarón de la
Vera, Garganta la Olla, Cabezuela del Valle, Hervás, Granadilla, Plasencia, Galisteo,
Robledillo de Gata, Coria, Brozas, Valencia de Alcántara y termina en Cáceres.
Antes de entrar en lo que se explica en la guía de
Brozas, me viene a la memoria que siendo consejo de Cultura un buen amigo
Francisco Muñoz le pregunté en Madrid, a
los pocos años de regresar yo de mi estancia profesional en Mallorca (después
del año 1995) en presencia del
publicista Rafael García – Plata, con el que dirigí su periódico “Diario Extremeño”,
si Brozas podía ser un conjunto histórico artístico de la región El consejero
me contestó que sí podía dada la belleza de la localidad, y que iba a comenzar los
trámites correspondientes para su declaración. De esa pregunta y de mis gestiones
me enorgullezco por lo que supone para el cuidado de los monumentos y del
urbanismo del pueblo Era en tiempos del alcalde Juan Olivenza. Posteriormente
pasaron los años y hasta que se fueron haciendo las cosas, transcurrieron dos
décadas. En mayo de 2015 la Dirección General del Patrimonio de la Junta de
Extremadura inició el expediente, y la declaración se publicó en el Boletín
Oficial del Estado en septiembre de 2016.
La autora de la guía
comienza así el desarrollo de su visita por la villa:
Brozas
forma un matrimonio indisoluble con la nobleza y los caballeros. Con
testimonios que comienzan en la Prehistoria, continúan en la época romana, con
restos bien conservados de la calzada romana “Vía da Estrela” que atraviesa la
localidad, hasta desembocar en la Edad Media y Moderna, momentos de máximo
esplendor histórico, en los que se construyen los principales monumentos de la
villa, allá por el siglo XV. Su posición estratégica como nudo del oeste
extremeño ha ligado su historia a la de notables señores de Cáceres, Alcántara
o Trujillo. Su pequeño tamaño y su discreto acceso a la población no anticipan lo
que paseando entre sus calles me dispongo a descubrir.
Comienza
su ruta en la Plaza Príncipe de Asturias, para visitar la iglesia de Santa María,
el mejor templo parroquial de la diócesis de Coria-Cáceres que por su
grandiosidad el pueblo la llama “la catedralina”; sigue por el palacio de los
Flores, lugar donde se cree que nació Nicolás de Ovando, el primer gobernador
en Indias, sustituyendo a Cristóbal Colón, Y de aquí al Palacio que es como
llaman en Brozas al castillo del lugar y muy cerca la casa natal del gramático
Francisco Sánchez de Las Brozas. Y el Convento de las Comendadoras de Alcántara,
en cuya fachada sugerí poner hace pocos años una placa por ser la calle donde
habitó Elio Antonio de Nebrija, del que se cumplen ahora 500 años de su
fallecimiento en Alcalá de Henares. Recorre los numerosos y preciosos palacios
de la villa, así como el templo parroquial de los Santos Mártires sin olvidarse
de los tres conventos y de las numerosas ermitas.
Y la
autora termina diciendo:
Sus
calles todavía desprenden el abolengo de la época y sus casas señoriales y
palacios, aunque bien conservados, son fiel reflejo de que la Edad Media fue,
sin duda, su época de mayor florecimiento.
Me sorprende y me agrada la bella
foto aérea de C2O Comunicación en la que se ve casi todo el pueblo desde el norte hasta el sur para
terminar perfilándose la carretera de Herreruela.
Estoy seguro que muchos tienen
este libro, si me escriben puedo facilitarlo vía WhatsApp.