En unos días voy a impartir una conferencia ante unos 300 jóvenes de Trujillo y su comarca sobre las crónicas de viajes y su relación con las crónicas históricas de las actividades de los españoles en América, coincidiendo con el V centenario del nacimiento de Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas, y la crónica que fray Gaspar de Carvajal, ambos naturales de esta ciudad extremeña, escribió sobre tal aventura.
A raíz de esto me he hecho la siguiente reflexión: Hay que preparar para 2011 el V centenario de la muerte de frey Nicolás de Ovando, primer gobernador español en Indias, natural de Las Brozas. ¿Qué está haciendo Brozas o qué está preparando para tal conmemoración?
Uno, en su pequeñez, piensa que lo mejor es ir publicando a través de este blog ciertos artículos y difundir la inmensa labor que hizo nuestro paisano como maestro del Príncipe don Juan, Primer Príncipe de Asturias, el único hijo de los Reyes Católicos; como comendador mayor de la Orden Militar de Alcántara y como gobernador español en las Indias.
Pues bien comencemos con algo tan simpático como leer lo que se ha escrito en la hoja volandera de la Hospedería “Conventual de Alcántara”, propiedad de la Junta de Extremadura en lo que fuera Convento franciscano de San Bartolomé. Allí se dice lo siguiente:
En 1496, frey Nicolás de Ovando y frey Juan Méndez, visitadores de la Orden de Alcántara, intentaron desalojar a los frailes franciscanos que habitaban el Convento de San Bartolomé, argumentando que la fundación no contó con la licencia de la Orden Militar; los monjes acuden a los reyes católicos, los cuales amparan al convento y a los frailes.
Desde 1548, la dedicación de los religiosos continuó siendo el apostolado y la penitencia. En aquella época habitaban el convento unos 50 monjes que disponían para su retiro de una hermosa huerta con un estanque y dos ermitas, una dedicadas a San José y otra a Santa María Magdalena”.
Todo empezó en 1478, cuando el vecino de Alcántara Bartolomé de Oviedo comenzó a levantar una ermita después de que el obispo de Coria le diera licencia para ello. En 1485, Oviedo declaró que la verdadera intención de su obra era traer a la villa de Alcántara a los frailes franciscanos y donarles el edificio. El 20 de enero de 1493, el día de San Sebastián y San Fabián, la Orden Seráfica tomó posesión del edificio.
Fue en 1835 cuando comenzó la ruina del edificio tras la exclaustración general de las órdenes religiosas regulares decretada por el gobierno de Juan Álvarez Mendizábal, ministro de la Regente María Cristina, significó la consolidación del régimen liberal en la España del XIX. Esta acción se la conoce en la historia como la Desamortización de Mendizábal y dejó deshabilitado el convento y marcó el comienzo de una etapa de progresivo deterioro para el inmueble y la ruina absoluta de sus pertenencias.
En cumplimiento de las leyes desamortizadoras, el edificio fue subastado después de la expulsión de los franciscanos y tuvo sucesivos dueños hasta que en 1946 el empresario Eusebio González instaló allí una floreciente industria: la Sociedad Electro Harinera de Alcántara, que si bien de modo precario, evitó el derrumbamiento progresivo de la obra. Hoy el edificio fue adquirido por el gobierno regional y se incorporó a la red de Hospederías de Extremadura. En su interior se conserva toda la instalación de la industria harinera con un merecido valor histórico.
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