Hoy cuando escribo este artículo, 24
de marzo de 1916, hace ahora hoy justo 104 años, la publicación “Nuevo Mundo”
editada en Madrid y que junto a “Blanco y Negro” y “La Esfera”, suponía un
nuevo tipo de publicación que informaba a sus lectores de la actualidad más
reciente. Fue fundada en 1894 por José del Perojo y llegó a tirar más de 266.000
ejemplares.
En el número del 24 de marzo de 1916
y firmado por Grillito hay un artículo en la sección “Los hombres
extraordinarios”, dedicado a nuestro paisano Casimiro Ortas (hijo) cuando éste
tenía 36 años.
Le dedica toda una página, con un
enorme dibujo, que colocamos aquí, y que da un avance del progreso de este
artistazo que era ya Casimirín, hijo de don Casimiro Ortas, director del teatro
y dueño de una compañía de zarzuela y teatro.
Y comienza el artículo de Grillito: “Ahí donde le ven ustedes, rozagante y
famoso, con esa curva opulenta, que arranca del pecho y termina en el sitio que
debe, es este el hijo del padre del hijo de Ortas. Casimiro Ortas (hijo),
causante de una porción de graves estropicios y de incurables pasiones en el
mundo codiciado y amable de las preciosas hijas de Eva. Digan ustedes que a mí
no me gusta truncar idilios ni infernar matrimonios…
Y el periodista cuenta que nació en Brozas (Cáceres) y
que allí se crio y “que desde muy chico
acusó aptitudes para la escena”. Cuenta que el maestro tuvo que despedirle
de la escuela porque revolucionaba a toda la chiquillería. Con el tiempo llegó a Madrid y se lanzó definitivamente al teatro,
debutando en el coliseo de la Comedia al lado de aquella tontería de artistas
que se llamaron la Protel, la Miralles, la Segovia, Riquelme, Orejón… nadie, ¡vamos!”.
Famosísimos artistas de la época.
Después se fue a Andalucía, concretamente a la provincia de Almería. Allí se
formó como profesional del arte interpretativo, pues no quería ir a Madrid
porque “temía a su público más que una a pulmonía
doble. Como todo llega, apareció en el Gran Teatro y va para cinco años ya,
debutando con “El último chulo”.
De regreso de Sudamérica, estrenó en
el Teatro de la Zarzuela “Amor bandolero”,
para ser contratado por el empresario y actor Enrique Chicote para el
teatro Apolo, en la madrileña de Alcalá, junto a la iglesia de San José y,
reconvertido desde 1929 en sede del Banco Vizcaya. Una placa en su fachada
recuerda que el teatro Apolo que la “catedral del género chico”; es decir de la
zarzuela.
Grillito dijo que a nuestro paisano Casimiro
Ortas le gustaban mucho los toros y era amigo de Belmonte, Joselito, de Vicente
Pastor y de todos los que aparecen en las Guías taurinas.
Y ya, para terminar, el artículo
copio unas palabras del propio Ortas: Vivo
feliz y tranquilo en mi casa, y solo pienso conservar el favor del público y en
morirme en brazos de la gloria. Y apostilla
el periodista: Y la Gloria, lector, es
una hembra de chipén que vive en un hotel (chalet) de la Castellana. ¡A mí no me gustan líos!”.