miércoles, 21 de agosto de 2024

TOMA DE POSESIÓN DEL CRONISTA DE RIOLOBOS (CÁCERES)

 



 

    Días pasados celebramos  la toma de posesión del cronista oficial de Riolobos, José Vidal Lucía Egido, acompañándole seis cronistas y un servidor como cronista oficial de Las Brozas y de Hinojal (Cáceres). Esta es la crónica publicada en la página web de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales (RAECO), donde hace años tuve el honor de ser miembro de su junta directiva nacional.

 

  El profesor José Vidal Lucía Egido ha tomado posesión como cronista oficial de Riolobos (Cáceres) en el Templo del Arte, la antigua iglesia del núcleo de colonización de Pajares de la Rivera, situado a pocos kilómetros del pueblo.


       El acto estuvo presidido por el alcalde de la localidad, José Pedro Rodríguez Martín, a quien acompañaba la concejala de Cultura, María Sánchez Moreno, quien presentó el acto.



       El salón estaba repleto de público llegado directamente de Riolobos, además de cuatro cronistas de Extremadura: Floro Rodríguez Oliva, de Malpartida de Plasencia; José Antonio Agúndez, de Malpartida de Cáceres; José Antonio Ramos, Rubio, de Trujillo y Francisco Rivero de Las Brozas e Hinojal.






       El acto lo abrió el vicepresidente de la Asociación Extremeña de Cronistas Oficiales, y cronista oficial de Cañamero, Esteban Cortijo Parralejo, quien felicitó en nombre propio y en el del presidente, Fran Gómez, al nuevo cronista y habló de la labor que tenemos todos y cada uno de los que conformamos esta asociación de cronistas locales, que asemejó a la conducción de un coche, que hay que mirar hacia atrás, pero también hacia adelante de cómo se va desarrollando nuestra sociedad.





       La cronista oficial de Plasencia, Esther Sánchez Calle, elogió la labor del nuevo compañero cronista “cuando conozco la magnífica trayectoria de José Vidal Lucía Egido: su gran vocación docente y pedagoga y, a la vez, como persona inquieta intelectualmente, también interesado por la antropología y la historia, sobre todo por la de su pueblo”.  Durante su magnífica disertación dio unas pequeñas pinceladas de dos personajes riolobeños: Ventura Delgado Garrido (Riolobos,1771- Plasencia,1840), y que fuera alcalde liberal del pueblo y también de la capital del Jerte, y de su hermano fray Eugenio Delgado (1779 -1849), monje jerónimo en los monasterios de Guadalupe y Yuste siendo nombrado prior de este último el 9 de julio de 1827. Como hecho curioso, fue la persona que se llevó en depósito, en 1835 con motivo de la Desamortización la colcha que el emperador Carlos V tenía puesta en su cama cuando falleció. Actualmente la prenda está de nuevo, en el Monasterio de Yuste.




El último en intervenir fue José Vidal Lucía Egido, quien habló del cronista en la historia local y presentó el libro “Dos obras públicas de Riolobos del siglo XIX: El cementerio municipal de 1885 y el reloj de la torre de 1883”, publicado por la Diputación de Cáceres. Ambas obras son tareas del arquitecto Vicente Paredes y del maestro albañil y cantero riolobeño Santos Pulido Calvo (1845-1896). El cronista ofreció en este Templo del Arte dos exposiciones, una de una casa antigua de Riolobos y de los objetos que había en su interior, así como del cementerio y otra de una noria y de elementos antiguos del propio pueblo. El cronista dijo, al final de su discurso, que había que recuperar el buen funcionamiento del reloj y que las cigüeñas no aniden en la torre del mismo, para que no estropeen toda su maquinaria por formar parte del patrimonio local.




Tras la lectura del acta de nombramiento del nuevo cronista, por la concejala de Cultura y que fue aprobada por unanimidad en un pleno municipal, a continuación, el alcalde del pueblo, acompañado del vicepresidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de Extremadura le impusieron la medalla y le entregaron el documento de nombramiento.




El acto fue clausurado, brevemente, por la primera autoridad local, felicitándose porque Riolobos tiene un cronista que quieren los ciudadanos como se ve por la amplia asistencia, ya que un cronista siempre vela por los intereses del pueblo estudiando su historia y cuidando su patrimonio.

A continuación, todos los asistentes recibieron el libro de José Vidal Lucía, muchos de los cuales solicitaban su dedicatoria. Posteriormente hubo un excelente vino español de la cercana bodega Dehesavieja, acompañado de ricos aperitivos, dándose por terminado el acto.



lunes, 5 de agosto de 2024

CASIMIRO ORTAS, EN LA REVISTA BLANCO Y NEGRO

 


 

             Tengo entre mi documentación unas páginas de la revista ilustrada “Blanco y Negro” del domingo 8 de junio de 1919, que por entonces constaba 40 céntimos de pesetas y en cuyo sumario un total de 16 artículos, de los que destaco tres de ellos: “El suceso de la semana”, por Wenceslao Fernández Flores; “El teatro español en Nueva York”, por M. de Zárraga y “Estreno de la flor del barrio”, por Floridor, del que hablaremos más extensamente.

 

            La flor del barrio es un sainete en dos actos de costumbres madrileñas, de Carlos Arniches, con música de los maestros Rafael Calleja y Luis Foglietti Arberola, estrenado en el teatro Apolo el 30 de mayo de 1919. El teatro Apolo estaba pegado a la iglesia de San José en plena calle de Alcalá, de Madrid, en cuya fachada hay ahora un cartel que indica que allí estuvo este lugar histórico del teatro español y ahora ocupa un banco.

 

            El cronista del ABC escribió que esta obra la tardó en escribir Arniches mucho tiempo, tanto que “desde dos años o quizá más, el estreno del sainete se señalaba como plazo de muchas cosas. Las novias un poco recelosas, decían a sus novios: “Tú te casarás para cuando den en el Apolo la flor del barrio”.

 

            El argumento es muy sencillo: un joven llamado José María, es recogido como hijo por el dueño de la tienda más popular “La flor del barrio”, donde trabaja Saturio (Casimiro Ortas), al que se le describe como un gallardo y arrobador dependiente que tiene imán en la vara de medir y ejerce la irresistible sugestión de su labia, de su verbo atractivo para la parroquia femenina.

 




            El dueño de la tienda quiere casar a José María con la hija del rico comerciante de la tienda de enfrente. La boda repugna a José María y en poco antes del acto religioso es Saturio quien viene para anunciar que no va haberla. La novia se desmaya; su padre se enfada, pero el dependiente se ofrece a ser el marido de la novia desairada en lugar de José María.

 

            Quince años más tarde, Saturio con seis hijos, y concejal en el Ayuntamiento de Madrid por los de Eduardo Dato, que había sido alcalde de la capital de España, ministro presidente de las Cortes y presidente del Consejo de Ministros en su etapa política, se veía encantado con la nueva vida con su esposa y muy elegantemente vestido con chaqué.

 

            El público se río mucho en el estreno de la obra, escrita con gracejo y refrendada con la maestría de la música de Calleja y Foglietti, sobresaliendo en primer término los actores Ortas, Rufart, Montero y la esposa real del primero, la actriz Carmen Sobejano.

Carmen Sobejano