Esta foto me la ha regalado mi amigo
de Brozas Mariano Romo Aguado y quiero hacer algún comentario sobre ella. Me
informa Mariano que la foto la hizo Alejandro Acuña en el año 1967, quien debe tener un
verdadero catálogo de fotos históricas de la villa. De hecho, yo poseo algunas
que le compré hace décadas y que aún están en mi poder.
La primera cámara que tuve en mis
manos la compré cuando tendría unos 14 o 15 años en la tienda llamada Javier en
la calle Pintores de Cáceres. Me costó algunos cientos de pesetas (para los más
jóvenes, algo así como dos euros). Era de baquelita, el primer plástico que hubo,
pues su nombre se debe a su creador, el estadounidense Leo Baekeland. La
baquelita se usaba también en los aparatos telefónicos caseros; de hecho, el
que teníamos en casa (el número 56 de Brozas), era de color negro, sin números para
marcar y solo con una manivela para llamar a la central de teléfono que en Brozas
estaba en la calle de la Cárcel, hoy calle Virgen de Guadalupe. Pues bien, esa
máquina de baquelita fue con la que hice mis primeras fotografías al pueblo y…
fueron un verdadero fracaso. Compré un carrete en blanco y negro (entonces no había
carretes en color o eran carísimos), hice fotos a los monumentos y al terminar el
carrete con las 36 imágenes se lo entrego a Acuña para que lo revele (con el tiempo
aprendí a revelar carretes y a positivar en papel en el laboratorio que tenía
en mi colegio mayor universitario de Madrid, aunque hoy ya se me ha olvidado
todo esto). Pues bien, a los dos días me dice Alejandro que no se veía ninguna
imagen en mi carrete a pesar de que se había revelado. Le contesto que yo
siempre había visto imágenes en negativo en esos carretes y que antes de que se
lo diera, lo abrí y no vi ninguna…. Estaba muy clara la cosa, sencillamente lo había
velado. Había estropeado mi primer carrete de fotos. La segunda máquina me la
compré en el duro Bilbao de 1975, en plena guerra terrorista cuando ejercía mis
prácticas en la agencia Efe, en la calle Colón de Larreategui, 15, de Bilbao,
pero esa es otra experiencia, más dura que la anterior. Con el tiempo son miles
de fotos especialmente del campo del turismo y de los viajes por esos mundos de
Dios, en diapositivas y últimamente digitalizadas, un verdadero tesoro de mis
andanzas, incluso alguna de ella ha ganado un premio iberoamericano.
Volvamos a la foto de nuestro amigo
Mariano: la persona que se ve cerca de la casa de María Eugenia Sánchez, casada
con José Carrero, es el propio Mariano, por eso se la regaló nuestro amigo Alejandro.
A mí lo que me llama más la atención
en esta foto son dos cosas: Una ya no existe y otra espero que dure muchos años
más. Me estoy refriendo a la casa de los Elviro que ocupa el fondo de la foto,
donde antes se hallaba el Banco Popular Español, un banco que estaba en Brozas
desde la década de los años 20 del siglo pasado concretamente al año siguiente
de fundarse; es decir en 1927. Se llamaba el Banco Popular de los Previsores
del Porvenir y pese a haber sido en la década de los 90 del siglo pasado, el
más rentable del mundo, por su pésima gestión de los últimos años fue vendido
en 2017 por solo un euro al Banco de Santander. Pues bien, el Banco Popular
compró aquella casa, con una fachada típica brocense y la convirtió en una
vivienda que es un mamarracho en su actual fachada. Siempre lo he dicho en mis
conversaciones. Nuestro pueblo ha de cuidar su tipología constructiva
urbanística y no estropear el buen gusto que tuvieron nuestros antepasados: En
las fachadas, cal, y granito en las portadas y en las ventanas.
La otra imagen que se conserva es la
de la Cruz, un verdadero monumento que los broceños han sabido conservar y ahora
apoyan dedicándola. Al igual que ha pasado este año en Villanueva de los
Infantes (Ciudad Real), lugar de donde se considera que nació Don Quijote de la
Mancha y del que me honro ser el vicerrector de Turismo de la Universidad Libre
de Infantes, se han dedicado todas las cruces a los fallecidos en esta horrible
pandemia del coronavirus.
Sólo me queda dar una sugerencia, vuelva a ver la foto detenidamente y recréese en ella. Si pica en la foto podrá verla más grande.
Creo que peor que el edificio del Banco Popular, ha sido la puerta del ayuntamiento. La original, fabricada en la posguerra por tres carpinteros de Brozas (José "el portugués", mi bisabuelo Marcelino y mi abuelo Antonio) tenía tallada en ambas hojas el escudo de Brozas, sin contar las peripecias que vivieron estos carpinteros para poder conseguir los materiales necesarios para su creación en una época de grandes carencias en todo el país. Esta puerta, tallada de cerca de 80 años fue reemplada por una puerta "imitando al del restaurante Atrio de Cáceres". Esto nos da idea del gusto artístico y de la capacidad económica de quienes decidieron como reemplazar la puerta. Y que deciden, también, sobre cómo tenemos que construir o rehabilitar nuestras casas. Creo que este hecho es uno más para darnos cuenta que la declaración de Brozas como conjunto histórico- artístico no tiene la intención de preservar nada, sino la de complicar la vida en nuestro pueblo.
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