sábado, 30 de julio de 2011

Una puesta de sol


Estar en Brozas es gozar, un poco, del paraíso. Es un verano fresco, la brisa corre al amanecer y al atardecer. Y eso es lo que quiero contar en este pequeño artículo.

Mi terraza es todo un mundo para observar en la paz y quietud del ambiente fenómenos tan agradables como al puesta del sol del 29 de julio de 2011. ¡¡¡ Memorable!!!. ¿Saben que los poetas de la Generación del 27 se iban a la Sierra de Madrid a ver poner el sol y que le aplaudían cuando el astro rey mostraba toda la belleza del Creador a los hombres que le contemplaban y que eran capaces de observarlo en el sosiego de la montaña?

Brozas es así. Tiene una naturaleza que enhechiza el alma, como se la embrujó a Cervantes cuando anduvo por la universitaria Salamanca.
Esta la naturaleza tan primitiva, tan extremeña, tan nuestra, me enamora y para hacerlo aún más, contaré que desde hacía muchos años no veía tan cerca y tan brillante una estrella fugaz, a la que pedí un deseo. Chisss, eso es secreto, pero al fin un deseo.

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