El
cronista ha pasado por Soria para impartir una conferencia sobre la
trashumancia como intercambio de culturas. Ha ido reflejando en el Palacio de
la Audiencia, situado en la Plaza Mayor, junto al Ayuntamiento, lo que se hace por
esta labor trashumante en otros lugares de España, principalmente en Madrid y
en Extremadura.
La
conferencia que llenó una sala del histórico Palacio de la Audiencia, fue
presentada por la concejala de turismo de la capital soriana, Ana Calvo, quien,
junto a Segundo Revilla, presidente de la comarca soriana de Tierras Altas, y
el presidente del Hogar Extremeño de Soria, el brocense Juan Jesús Marcelo Burgos, arroparon
al conferenciante.
Durante
la exposición se habló de la labor desarrollada por el Centro de Vías Pecuarias
de Malpartida de Cáceres y de su singular Fiesta de la Patatera, que tuve el
honor de pregonar en 2013, un producto del cerdo muy extremeño… que no es
extremeño, sino que nació en Soria a finales del siglo XVIII, llevándose hacia
el sur por los pastores trashumantes. Igualmente se habló del as ocho Jornadas
de la Trashumancia, celebradas desde 2006, en las Brozas, sugiriendo que haya
un intercambio cultural entre ambos pueblos de Soria y de Cáceres, idea que fue
aceptada por la concejala de Turismo y por el presidente de Tierras Altas.
Posteriormente,
el grupo se trasladó al Centro Extremeño, donde esperaba el alcalde de la
capital, Carlos Martínez Mínguez, que quiso estar presente en este importante
acto para la colonia extremeña den la ciudad, y que suman más de 50 personas,
dispuesta a dar a conocer las costumbres, el turismo y la gastronomía extremeñas
en tierras sorianas. La bienvenida la da un traje de extremeña de María Jesús,
la madre de Juan Jesús. Allí se agradeció la labor del cronista de Las Brozas
al exponer la labor y las actividades trashumantes en su comarca y sobre todo
la ruta de la lana transfronteriza, desde Malpartida a la localidad portuguesa
de Covilhá.
El
sábado estuvo dedicado al turismo por la ciudad de Soria, recorriendo lugares
tan señeros, como la ermita de San Saturio, al mismo borde del río Duero, ese
que cantaba Gerardo Diego “nadie a
acompañarte baja”. También en sus orillas, San Juan del Duero, un claustro
románico, que da idea de su belleza artística que supieron plasmar los hermanos
hospitalarios de San Juan de Jerusalén, allá por el siglo XII.
Para reparar fuerzas, se descansó en la
terraza mirador del Parador de Turismo, “Antonio Machado·, muchos de cuyos
trabajadores son extremeños. La última etapa fue visitar la bella portada
románica de Santo Domingo, con escenas de la Biblia. En su interior se
celebraba la profesión solemne de una monja del convento, estando el templo
abarrotado de fieles.
Para
descargar de tanto arte y ser más prosaico, nos trasladamos hacia el calle principal, El Collado, donde
visitamos la excelente tienda de productos sorianos, siendo muy bien atendidos
por el dueño Julio Muñoz www.autoserviciomunoz.com, tienda
que abriera en 1925 el abuelo Muñoz. Allí adquirí queso de Oncala, de oveja de
la comarca de las Tierras Altas de Soria, foie de la región, miel con trufa y
una botella de vino “Dominio de Atauta”, uno de los cien mejores vinos del
mundo, según la revista Wine Spectator. El caldo es de San Esteban de Gormaz.
La
última parada se hizo en el cercano pueblo de Morón de Almazán, en la autovía A
– 15, camino de Medinaceli y Madrid. La razón era ver su singular plaza junto a
una monumental iglesia y el Palacio los Hurtado de Mendoza, en un pueblo de
poco menos de 100 habitantes. En este palacio merece la pena ver el Museo
Provincial del Traje Popular. Muy recomendable. https://www.museotrajepopularsoriano.es/
Excelente periplo por la Soria pura cabeza de Extremadura. Enhorabuena.
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