Hace años tuve que inaugurar, como
presidente de la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura,
en un pueblo de Badajoz un seminario dedicado al turismo de embalses. Fue una
odisea llegar. Tardé unas seis horas pasando por la via ancha de Ciudad Real.
Escribí en el tren, disfruté del paisaje, leí… pero fueron más de seis horas.
Cuando llegué al destino dije a la persona que me recogió en la estación del
ferrocarril. De Madrid a Atenas había tardado la semana anterior sólo tres
horas.
El sábado 18 de noviembre de 2017 entrará
en la historia de Extremadura como el día que miles (unos dicen que 15.000 y
otros que 20.000. La Junta dice que 40.000) de extremeños reivindicaron en la
Plaza de España de Madrid un tren digno para la región.
En una entrevista que me hizo TelExtremadura
en la tarde del viernes en el Hogar Extremeño de Madrid comenté que la región
necesitaba un tren digno por dos motivos: El primero para transportar a las
personas desde y hacia Madrid y dentro de la misma región a los extremeños que
lo necesiten, así como a los turistas que quieran visitarnos, sin que por ello
tengan que gastar un tiempo larguísimo; el otro motivo es sacar de nuestra
tierra los maravillosos productos agroalimentarios que pueden venderse en otras
zonas de España y del extranjero.
Sin duda es una reivindicación justa.
Eso es lo que llevó a que miles de extremeños llegados en tren (con 22 minutos
de retraso, ¡faltaría más!, en más de 320 autobuses, en coches particulares desde
los cuatro puntos de la región se dieran cita en la Plaza de España de Madrid,
con los paisanos que fueron desde las casas regionales.
Un grupo de representantes de los hogares
extremeños fuimos conducidos a una zona de la Plaza de España, donde esperaríamos
a los representantes de toda la sociedad extremeña, comenzando por su
presidente, el jefe de la oposición, los sindicatos, la Universidad, las Diputaciones
provinciales, los partidos políticos, y de las diversas instituciones sociales
y ciudadanas. Todos en favor de un tren digno. Es una reivindicación de todos.
TelExtremadura transmitió el programa en directo desde primeras horas de la
mañana.
En esta espera coincidí con la
presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín Delgado, descendiente
de la villa de Brozas y donde conocí a su abuelo, que durante muchos años fue
jefe de la policía municipal, cuando un servidor era jovencito. En la conversación
se unió la consejera de Medioambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio,
Begoña García Bernal, que me dijo que se sentía muy satisfecha de la respuesta
de todos los extremeños.
Al llevar la comitiva con los representantes
del pueblo extremeño, fue tal la avalancha de personas, que decidí dejar la Plaza
de España con mis muletas y reivindicar el tren desde el Hogar Extremeño,
situado en la cercana Gran Vía, dada la circunstancias de haber sido operado de
una rodilla recientemente. El Hogar estaba abarrotado de personas que se refugiaron
también allí al ser imposible de estar en la cercana Plaza de España. Yo me
dediqué a ver todo por televisión y ponerles a mis amigos un mensaje que podían
ver esta gran manifestación por Canal Extremadura Televisión.
Sin duda, ha sido todo un éxito. Los
medios informativos locales se han hecho eco de esta digna petición, por fin
Extremadura se muestra unida frente a un problema que a todos nos afecta. Hasta
el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al que conocí como alcalde de
Santander, comprendía la reclamación de tantos ciudadanos españoles.
Esperamos una pronta solución y que
Extremadura tenga un tren digno de una región europea. No queremos ser masque
los demás, pero tampoco menos. Nuestra dignidad como pueblo está en juego
Ojalá esa justa petición se haga pronto realidad. Recuerdo mi último viaje en tren a Badajoz. El recorrido tenía origen en Barcelona y me resultó chocante ir de Madrid a Badajoz y escuchar por megafonia expresarse en Catalán. Esto para que ahora digan en Bruselas que España es un país opresor
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