El cronista de la villa de Las Brozas se encuentra en la otra
punta de España, concretamente en Orihuela (Alicante), la tierra del poeta
Miguel Hernández, donde este fin de semana se celebra el XXXVIII Congreso
Nacional de Cronistas Oficiales, llegados desde los cuatro puntos cardinales de
mi patria, como decía la canción de Manolo Escobar; en total unas 80 personas.
Nos ha recibido muy bien el cronista de la ciudad, Antonio
Luis Galiano, ciudad que es desde 1437, título que le concedió Alfonso el Magnánimo, tema de la conferencia
del profesor de Historia medieval de la Universidad de Alicante, Juan Antonio
Barrio, a quien acompañaba en el auditorio municipal de la Lonja, el alcalde
Monserrate Guillén y el presidente de la real Asociación de Cronistas
Oficiales, el cordobés Joaquín Criado.
Tras el homenaje a loas cronistas que han cumplido 25 años
en la asociación y la imposición de medallas a los nuevos miembros, ha habido
entrega de obsequios institucionales. Abrió la lista Theófilo Acedo Díaz,
cronista de Villarta de los Montes (Badajoz), ahijado de un servidor en este
mundo de los cronistas, La segunda extremeña era Soledad López-Lago Rometro,
cronista de Talarrubias (Badajoz) y este cronista, que lo es desde 1990 –elegido
por unanimidad de los tres grupos políticos de la corporación- por la villa de
Las Brozas. Mi regalo institucional al alcalde de la ciudad fue un libro sobre
los alimentos de la provincia de Cáceres, donde hay dos que tienen denominación
de origen y que se producen en el amplio territorio de las dehesas broceñas: Ternera
de Extremadura y Torta del Casar.
La jornada concluyó en el Santuario de Nuestra Señora de Monserrate,
Virgen de Monserrat, por ser soldados del Reino de Aragón procedentes de Lérida
y Tarragona quienes lucharon por conquistar este territorio a los árabes. La
advocación de Monserrat llegó hasta aquí, pero la abadía catalana solicitó un
diezmo monetario a los habitantes de la ciudad de Orihuela; estos no quisieron
pagarla y hubo un pleito que duró un siglo, hasta que el Papa Sixto IV, el de
la Capilla Sixtina dijo que los catalanes no podían pedir dinero por el diezmo,
pero los habitantes de Orihuela no podían usar el nombre catalán de Monserrat,
por lo que hicieron fue castellanizarlo y usar el de Monserrate.
En el precioso santuario barroco se celebró un magnífico
concierto a cargo de los solistas de la Orquesta Barroca Valenciana, Manuel Ramos,
director y pianista y el excelente vilonista Sytanislav Tkach. Interpretaron un
precioso programa que titularon “Música del alma”, comenzando con el Adagio de
Albinoni y concluyendo con el Ave María de Schubert. Una preciosidad puso punto
final a la primera jornada del congreso de cronistas oficiales de España.
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