Muy bien por la Asamblea de Extremadura y por el Ayuntamiento de la Villa que, en plena época de crisis económica, han hecho algo interesante por Brozas: reeditar la cuarta edición del libro de los Hijos Ilustres, de Eugenio Escobar Prieto
Se habían acabado los ejemplares de la tercera edición que sacó a la luz la concejala de Cultura, María de los Ángeles Velasco, quien en su momento me pidió ampliar la biografía del actor Casimiro Ortas y que me encantó escribir. No obstante, desde hace años, vengo estudiando este personaje.
Un servidor, amante de los libros, posee las cuatro ediciones, incluso la primera de ellas. En cierta ocasión, un amigo mío que es bibliófilo y que gestiona en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) un hotel histórico en un convento, en cuya celda murió el insigne Francisco de Quevedo, me dijo que la segunda edición de los Hijos Ilustres se vendía en una librería de viejos a 100 euros. Le agradecí el dato, pero no lo necesitaba.
En otro artículo hablaré del gusto que tuve en ser mantenedor de la fiesta literaria dedicada a don Francisco de Quevedo en ese hotel-hospedería hablando de cómo Francisco de Quevedo tuvo como maestro a Francisco Sánchez de las Brozas. Fue muy interesante la experiencia.
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