Todo el mundo sabe que soy un enamorado de la figura de Nicolás de Ovando, tal vez el hijo ilustre más importante que tuvo Las Brozas a lo largo de toda su historia. Comendador Mayor de la Orden Militar de Alcántara, ayo del príncipe Juan, el primer Príncipe de Asturias, hijo de los Reyes Católicos, y primer gobernador español en Indias nombrado por los monarcas ante la mala gobernación de Cristóbal Colón y su sucesor Francisco de Bobadilla.
Pues bien, no hace muchos días recibo de mi buen amigo el historiador Dionisio A. Martín Nieto, la ponencia titulada “Santa María la Mayor de Brozas, un largo proceso de reedificación desde finales del siglo XV hasta el XVIII”, y que presentó en las octavas jornadas históricas de Las Brozas, celebradas a primeros de año en el Auditorio de las Comendadoras donde se habló una vez más de la gran pequeña historia de nuestro pueblo.
En esta ponencia, Dioni, profesor de Historia en el Instituto de Enseñanza Media de Villanueva de la Serena (Badajoz), que se acercará el 16 de diciembre con 50 de sus alumnos para girar una visita turístico- cultural a las villas de Alcántara y Las Brozas, indica que “el 18 de agosto de 1496, los visitadores de la Orden militar de Alcántara, frey Nicolás de Ovando y frey Juan Méndez, asentaron en el libro de la visitación la Real Cédula dada en Madrid el 17 de agosto de 14595, por la que se hacía merced a la fábrica de Santa María de Brozas de la percepción de los diezmos de la iglesia por espacio de dos años, como ayuda a su construcción. Pasado el término, el 22 de enero de 1498, durante el capítulo general de Alcalá de Henares fue prorrogada otros dos años más”.
Esta importante aportación a la pequeña historia de Las Brozas se puede documentar en el Archivo General de Simancas. Cámara de Castilla. Libro I de Cédulas. Folio 283 vuelto, items 2 y 4.
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