Cabeza del busto de Nebrija, obra de Ricardo García Lozano, autor de la estatua de El Brocense
Este año que entra se cumple el V centenario de la muerte del gramático Antonio de Nebrija, en 1522, en Alcalá de Henares. Nebrija vivió en Brozas con toda su familia en lo que hoy conocemos como colegio de las Carmelitas, y que fuera una casa palacio de su hijo Marcelo de Nebrija. Un servidor lo tuvo como guardería y colegio y esa misma función sigue cumpliendo hoy.
En abril 2019 se colocó una placa en la fachada del auditorio de las Comendadoras de la villa de las Brozas, en la calle de San Pedro, para informar que en ella vivió Elio Antonio de Nebrija, el autor en 1492 de la primera Gramática Castellana, con asistencia de numerosos lebrijanos llegados exprofeso para visitar Alcántara, Brozas y Plasencia y que se sumaron al acto. Dada la importancia de la villa de Brozas en este centenario debería hacerse algo importante en nuestro pueblo para celebrarlo y darlo a conocer a la población. Es una labor público-privada, tanto del Ayuntamiento, como de las entidades culturales y de las propias escuelas para que los niños sepan los personajes ilustres que ha albergado su pueblo.
El 18 de diciembre de 2020 publicaba en mi blog ‘Cronista de Las Brozas’: El edificio es propiedad del Ayuntamiento de Brozas y tras la conversación mantenida con Enrique Bocanegra (miembro de Hispania Nostra) me he puesto en contacto personal con la nueva alcaldesa, Milagrosa Hurtado Marcos, quien ha visto con agrado la propuesta. Un servidor propone, como cronista de Las Brozas, que el Ayuntamiento propietario del bien, sugiera su restauración con ayuda económica de la Mancomunidad Tajo- Salor, de la Diputación Provincial, Junta de Extremadura, Gobierno de España y fondos de la Unión Europea, además de un micro - mecenazgo como sugiere Hispania Nostra.
No hace mucho se puso en contacto conmigo el autor de la estatua de El Brocense, Ricardo García Lozano, para indicarme que había esculpido un modelo de una estatua de Nebrija para el pueblo de Zalamea de la Serena y que quería ofrecerlo también a Brozas, y que su importe, si se hacen dos o tres originales, sería más barato por unidad, y podría pagarlo la Diputación como lo hará la de Badajoz y se hizo en su día con la labor que hicimos en su momento el entonces alcalde Juan Olivenza y un servidor con el que fuera presidente Manuel Veiga con el cuadro de Nicolás de Ovando, que pintó nuestro paisano Germán Díaz, y hoy forma parte de la imaginería ovandina en todo el mundo.
La villa de Las Brozas ha entrado en la ruta turístico – cultural, elaborada, entre otros, por mi amigo Jesús Rodríguez del Pozo, por Salamanca, Plasencia, Gata, Alcántara, Brozas, Villanueva de la Serena, Zalamea de la Serena, Lebrija y Alcalá de Henares, entre otros lugares, y creo que se ha de saber responder al año del Centenario de Nebrija por lo que supone para la atracción de turistas culturales. Esto es una tarea y responsabilidad de todos, pues hay que saber que, si en 1522 moría Antonio de Nebrija, el año siguiente nacía en la villa otro gramático, Francisco Sánchez de las Brozas, al cual hay que rendirle también un gran homenaje.
Nebrija vivió en Brozas con toda su familia en lo que hoy conocemos como colegio de las Carmelitas, y que fuera una casa palacio de su hijo Marcelo de Nebrija. EL PERIÓDICO
Un gran homenaje es muy necesario
ResponderEliminarAmigo Francisco...Inmenza alegría siento en saber de Ud. y más en tratándose por este medio donde además envía un precioso trabajo literario...esta lectura me obliga a buscar al personaje central dela narrativa...Saludos desde la lejana(para Ud.)Villa de Alhuey,Angostura, Sinaloa, México...Su amigo Crescencio Montoya Cortez.
ResponderEliminarAca son las 11:27 hrs.
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