miércoles, 4 de abril de 2012

Las Brozas, en la Biblioteca Nacional


Desde hace años tenía interés en ser investigador de la Biblioteca Nacional. La culpa es sólo mía. Hace años, cuando era Secretario de Estado de Cultura el poeta Luis Alberto de Cuenca le comenté mi interés por ello y le pedí que me hiciera el carné; me dijo que sí, pero lo fui dejando hasta hace poco que surgió la ocasión cuando nombran gerente de la docta institución a mi amigo Eduardo Butler Halter, quien había sido director de las oficinas españolas de turismo en Dusseldorf y Francfort


Acabo de entrar en la Biblioteca Nacional y me encuentro en ella a dos buenos amigos: Acacia Domínguez Uceta, documentalista y periodista especializada en turismo, y a Manuel Román Fernández, periodista que sabe del mundo de la copla y de los famosos y que escribió sobre Casimiro Ortas. Ahora está investigando la muerte del general Prim, hecho que me cuenta mientras almorzamos en la cafetería que uno de los posibles inductores del magnicidio fue el aspirante al trono español Antonio María Felipe de Orleans, Duque de Montpensier, hijo menor del rey de Francia y suegro del rey Alfonso XII, al casarse éste con su hija María de las Mercedes.

Y qué hay de Brozas en la Biblioteca Nacional, pues nada menos que 158 registros bibliográficos títulos, que voy a resumir en un artículo para la revista “Aldehuela”, donde podrán leerlo por completo cuando se publique. Incluso hay un gran hallazgo que yo desconocía, un dibujo anónimo del siglo XVIII del castillo, aunque a primera vista no se parezca en nada.

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