Recientemente asistí en la librería Marcial
Pons, de Madrid a la presentación del libro “Colón”, obra del historiador de Carmona
Esteban Mira Caballos y aposentado desde hace años en Almendralejo, actualmente
miembro de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura. El autor
fue presentado por el también académico y periodista José Julián Barriga.
Hubo una numerosa concurrencia, entre los
que se encontraban el historiador Martín Almagro Gorbea; el ex embajador dominicano
desde 22017 a 2020, Olivo Andrés Rodríguez Huertas; el crítico de arte
extremeño Antonio Calderón y el escritor y periodista Alonso Carretero.
He leído la biografía y me parece muy interesante, un gran trabajo de investigación y de recopilación de las numerosas biografías del descubridor del Nuevo Mundo. Le dije a Esteban, con el que tomé una cerveza después, en compañía de su presentador y colega el garrovillano José Julián, que reseñaría las relaciones de Cristóbal Colón con mi paisano de Las Brozas Nicolás de Ovando, el primer gobernador español en Indias por orden de los Reyes Católicos, no en balde tengo el honor de ser una de las primeras personas que hace muchos años invité al autor que participase en unas jornadas históricas sobre este personaje y que un servidor organizaba en la villa como cronista oficial. En el verano de 1990 hice una amplia y extensa visita a la isla dominicana y quedé impactado por lo que vi, tanto desde el campo de la cultura, la historia común, como el de mi actividad profesional como hombre del turismo.
En la biografía de Colón se cita a Nicolás
de Ovando un total de 16 veces y tratan de las relaciones de la máxima
autoridad real con el descubridor y eso es lo que queremos resaltar en esta
crónica.
El 21 de mayo de 1499, es nombrado como juez pesquisidor de las Indias Francisco de Bobadilla, caballero de la Orden de Calatrava y criado de la Casa Real. Fue la persona que envió encadenando a Colón a Castilla, llegando a Cádiz el 20 de noviembre de 1.500. La Corona informó, a Diego Colón, hijo del descubridor, años más tarde, por una Real Cédula fechada en Burgos el 23 de febrero de 1512, que tuvieron que arrebatarle a su padre el poder porque tenía la isla “toda alzada y sin ningún provecho”. El elegido para encabezar el nuevo proyecto fue seleccionado con minuciosidad. Se trataba del brocense frey Nicolás de Ovando, una persona muy vinculada al malogrado príncipe don Juan y a la institución.
A finales de febrero de 1502, la flota de
Ovando había zarpado y los preparativos de la cuarta escuadra colombina estaban
muy avanzados. El 14 de marzo de ese año Colón recibió en Valencia de las
Torres (Badajoz), las últimas instrucciones antes de zarpar para las Indias. Estas
instrucciones eran tres: Primero, le urgieron a salir lo antes posible para
dirigirse en derechura a tierra firme, sin tocar en La Española, a donde acababa
de llegar el nuevo gobernador Nicolás de Ovando. La idea era que Colón continuase
lo avanzado por Rodrigo de Bastidas, en dirección norte, en busca del ansiado
paso a Asia. Segundo se le autorizaba a llevar a su hijo Hernando, y tercero
debía dar pasaje a Francisco de Porras, que supervisaría todo el metal precioso,
perlas y especias”.