sábado, 12 de julio de 2025

LA ENSEÑANZA DE LAS PRIMERAS LETRAS



            Y vamos a por la tercera crónica y tratar el tema de las primeras letras en Extremadura a finales de la Edad Moderna. Carmen Solano y Agustín Vivas dicen en este apartado que “los gobiernos ilustrados relacionaban la instrucción con la posibilidad de controlar mejor a las clases populares”.

 

            Así los partidos extremeños con mayor número de escuelas primarias finales del siglo XVIII eran Badajoz, Cáceres y Llerena, seguidos por Alcántara y Trujillo y después por los de Coria y Plasencia. Lo que se hacía en estas escuelas de educación primaria era enseñar a los niños y a las niñas lectura, escritura y aritmética, además de enseñarles doctrina cristiana, aparatarlos de las calles y de los malos hábitos y así hacerles ciudadanos responsables para el mejor desarrollo en su vida adulta.

 

            En toda Extremadura había 133 escuelas, de las que 77 eran mixtas y 56 de niñas. En el partido de Alcántara, un total de 18, de las que 15 eran mixtas y 3 de niñas. Además de los 38 pueblos de la comarca sólo había dos que no tenían escuela femenina. La mayor parte de las maestras que enseñaban a las niñas se mantenían de lo que les pagaban los padres: Dos reales al mes, media fanega de trigo al año, o en Madroñera, 1 real al mes por leer, 2 por escribir, 3 por contar y cada 15 días un pan

 

            Pero Brozas tenía una particularidad que reseñamos a continuación: En Brozas, de forma excepcional, la escuela masculina carecía de dotación, mientras que la de niñas, fundada con la aprobación del Consejo de la Órdenes, recibía una dotación considerable y totalmente anómala, pues se pagaba de las rentas de las ermitas de Nuestra Señora de Villar del Ciervo, Santa Ana y San Pedro que se mandaron extinguir (…) y se le paga a la maestra cada mes cien reales (es decir un total anual de 1.200 reales).

 

            El destino vital de una mujer a finales del siglo XVIII era esencialmente ser madre de familia y sus labores diarias consistían en cuidar de su familia, educar a sus hijos, mantener la casa limpia y en orden, preparar los alimentos, coser, tejer o bordar, por lo que por entonces no se consideraba que esas tareas requirieran el aprendizaje de la lectura y de escritura y mucho menos de la aritmética. Por eso había más interés en la educación de los chicos, de ahí que las autoridades de Brozas de aquella época informaran en el interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura lo siguiente: “… sería conveniente que lo asignado a las maestras de niñas se suministrase a los maestros de primeras letras de los niños (que duraba cuatro o cinco años) como más importante y de común utilidad esta enseñanza…”

 

            Y ya para terminar de mi ponencia “Las Brozas hace 200 años” presentada en 1989 los Coloquios Históricos de Extremadura, que se celebran en el mes de septiembre en Trujillo, añado lo siguiente:  Había una escuela de niñas, a cuya maestra se le pagaban de las rentas de las ermitas rurales, ya profanadas, de Nuestra Señora del Villar del Ciervo, Santa Ana y San Pedro. Había otra escuela de niños cuyo maestro había sido pastor, soldado y había estado en presidio. Cobraba lo que le pagaban los padres de los niños. También había enseñanza de Gramática Latina, que era pagada por sus alumnos y el alcalde proponía al preceptor de Gramática se le ayudara a costa del fondo del pósito.

 

Quien quiera saber más sobre el Interrogatorio de Brozas de 1791 para la Real Audiencia de Extremadura puede picar este enlace: https://chdetrujillo.com/las-brozas-hace-200-anos/




viernes, 11 de julio de 2025

LAS BROZAS, SEDE DE LA REAL AUDIENCIA DE EXTREMADURA

 

 


            Siguiendo trabajando con el interesante estudio de Carmen Solano y Agustín Vivas sobre “La enseñanza femenina en Extremadura a finales del siglo XVIII a través del interrogatorio de la Real Audiencia”, en esta ocasión se va a hablar sobre la importancia del Interrogatorio de la Real Audiencia, que llevaron a cabo funcionarios y los visitadores de los distritos, siendo ayudados por los párrocos, los ayuntamientos y por personas ilustradas de las poblaciones. Se incluían 57 preguntas que tenían relación con asuntos judiciales y socioeconómicos.

 

            En el caso concreto del Partido de Alcántara, a finales del siglo XVIII, los autores de este (Carmen Solano y Agustín Vivas) informan que “estaba formado por 38 poblaciones; de ellas, 22 pertenecían a la Orden Militar de Alcántara (entre ellas la villa de Las Brozas como su Encomienda Mayor), 10 eran de realengo y 3 de señoríos (de las restantes no se indica el tipo de jurisdicción). En el partido se contaban un total de 11.433 vecinos, que equivalían aproximadamente a 45.732 habitantes.

 

            El recopilador de los interrogatorios de cada villa y lugar para la Real Audiencia fue el visitador José Antonio Palacio, que tenía el cargo de alcalde del crimen. Hay pocos datos de este visitador, ya que solo firmaba tras las informaciones recibidas desde las diversas localidades. Su informe tenía dos partes. En primer lugar aparecen las respuestas a las preguntas del interrogatorio y en segundo lugar las respuestas que dio el párroco de cada localidad.

 

            En otro artículo intentaré entresacar lo más importante del interrogatorio hecho en la villa de Las Brozas para saber cómo era nuestro pueblo a finales del siglo XVIII. Sin embargo, hay una cosa que me ha llamado poderosamente la atención y yo desconocía y es que la villa de Las Brozas fue, en dos ocasiones sede de la Real Audiencia de Extremadura. Lo repasaos con palabras de los autores: “Tras la invasión francesa de 1808 y durante la guerra subsiguiente, la sede se fue trasladando de una población a otra para salvaguardar el derecho de los ciudadanos a recibir justicia: de Badajoz a Valencia de Alcántara, de aquí a Brozas, a Cáceres nuevamente, luego a Garrovillas, Ceclavín, Acehúche, Cañaveral, Navas del Madroño; Brozas otra vez, Cáceres, Alcántara y Cáceres… una vez más. Estas localidades fueron sedes de la Audiencia durante años, meses o semanas, siempre evitando la presencia de las tropas francesas. Por fin, en 1811 volvió a Cáceres, donde se mantuvo hasta que acabó la guerra”.

 


            Tras esto último, se abren dos vías de investigación: Una, saber en qué años se aposentó la Real Audiencia de Extremadura en la villa de Las Brozas y cuánto tiempo estuvo y la segunda, cuál fue el lugar donde se aposentaron sus oficinas. Habrá que averiguarlo con la documentación que se halla en el Archivo Provincial de Cáceres, que se halla en el palacio Toledo – Moctezuma.

 

            Con el interrogatorio en el Partido de Llerena, al que le dedica seis páginas, se termina este primer tomito dedicado a la Real Audiencia de Extremadura. El segundo librito comienza con el interrogatorio del Partido de Mérida y ya avanzado el estudio, desde la página 23, es cuando se empieza a estudiar la enseñanza femenina a través del interrogatorio de la Audiencia, con una introducción dedicada a la educación en el siglo XVIII español. Es aquí donde se trata la educación femenina en la villa de Las Brozas, lo que da, por lo menos, para una tercera crónica.

jueves, 10 de julio de 2025

LA ENSEÑANZA FEMENINA EN LAS BROZAS EN EL SIGLO XVIII (I)

 


            La Unión de Bibliófilos Extremeños, UEX, presidida por Matilde Muro Castillo, me hace llegar dos nuevos números de la colección “La Besana”, que edita esta asociación en colaboración con la Diputación de Badajoz. Se trata de dos volúmenes (III y IV) en los que los autores Carmen Solano Macías y Agustín Vivas Moreno nos ofrecen un estudio inédito titulado “La enseñanza femenina en Extremadura a finales del siglo XVIII a través del interrogatorio de la Real Audiencia”.

 

            Esta obra se terminó de imprimir el día 16 de junio de 2024, festividad de Santa Julita, mártir, venerada en Villanueva de la Sierra (Cáceres). Se tiran 500 ejemplares numerados. La edición se ha puesto al cuidado la imprenta de la Diputación de Badajoz. El ejemplar que recibo es el número 339.

 


            La Unión de Bibliófilos Extremeños se creó en el Hogar Extremeño de Madrid, en la Gran Vía, 59, hace unas décadas y tengo el honor de haber sido uno de sus fundadores.

 


            Y entramos en materia de lo que escriben los autores: “A finales del siglo XVIII, Extremadura estaba constituida como una provincia y dividida en partidos o distritos: Alcántara, Badajoz, Cáceres, Coria, Llerena, Mérida, Plasencia, La Serena y Trujillo. Resulta que la administración de justicia de la provincia de Extremadura dependía de las chancillerías de Valladolid (al norte del río Tajo) y a la de Granada (al sur), lo que suponía un grave trastorno para los habitantes de nuestra región y al no poder pagar los enormes gastos renunciaban a la defensa de sus derechos en una zona fronteriza con Portugal, lugar de contrabando, escaramuzas y guerras.

 

Real Audiencia de Extremadura

            Ante esto, “en 1775, cuatro ciudades extremeñas con voto en Cortes (Badajoz, Mérida, Plasencia y Alcántara) elevaron al Consejo de Castilla una queja por los inconvenientes que suponía para la población extremeña esta situación. A esta petición se unieron los informes del Capitán General y del Intendente de la provincia de Extremadura”. La Real Audiencia se creó por una pragmática del rey Carlos IV el 30 de mayo de 1790. Se ubicó en la villa de Cáceres en el edifico que antes había sido el Hospital de la Piedad y se inauguró con una solemne ceremonia el 27 de abril de 1791. Hoy es el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

 

            La Real Audiencia tenía varias autoridades, comandadas por el regente que era el asturiano Arias Antonio Mon y Velarde (1740-1811), visitador del Partido de Cáceres, quien llego a ser decano del Consejo de Castilla; el fiscal de lo civil y criminal era el Conde de la Concepción, visitador del partido de Mérida, a los que había que añadir cuatro oidores, que eran las autoridades que escuchaban a las partes en un proceso judicial y cuatro alcaldes del crimen, siendo uno de ellos José Antonio Palacio, visitador del Partido de Alcántara. Los alcaldes del crimen eran jueces superiores en materia criminal que formaban parte de las salas del crimen en las Audiencias y Chancillerías de España y sus colonias americanas, con competencias en justicia, gobierno y policía.

 


            El discurso de la apertura oficial de la Real Audiencia de Extremadura corrió a cargo del jurista y poeta extremeño Juan Meléndez Valdés, (Ribera del Fresno, 11 de marzo de 1754-Montpellier, Francia, 24 de mayo de 1817), quien se sintió muy ilusionado con la apertura de la nueva institución regional.

            En otra crónica trataremos del desarrollo de la Real Audiencia de Extremadura, del interrogatorio en el distrito de Alcántara y su relación con la enseñanza femenina en nuestra villa de Las Brozas.

lunes, 7 de julio de 2025

LAS RELACIONES DE CRISTÓBAL COLÓN CON NICOLÁS DE OVANDO (III)

 


    Y terminamos con  esta tercera crónica las relaciones de Colón con Ovando

 

     El tema de la esclavitud también fue estudiado. Con la llegada a la isla de Ovando, las relaciones laborales dieron un giro radical. Siguiendo las primeras instrucciones dadas en Granada el 16 de septiembre de 1501, puso en libertad a los naturales y anuló los repartimientos. El nuevo gobernador dispuso que trabajasen voluntariamente a cambio de un salario, como cualquier otro vasallo. Sin embargo, ellos aprovecharon para huir al monte, por lo que Ovando informó a la soberana de que era imposible su conversión si no tenían contacto con los cristianos. La Corona escuchó lo que le decía el gobernador y por una disposición firmada en Medina del Campo el 20 de diciembre de 1503 legalizó los repartimientos, una institución que se convirtió en la base del sistema laboral del Nuevo Mundo. Así, siguiendo las formas de la Orden Militar de Alcántara, se convirtieron en encomiendas para “definir la relación laboral exacta entre indígenas y españoles”. Ovando conocía bien esta institución porque la Orden de Alcántara concedía encomiendas de tierras a los campesinos que allí habitaban sometidas a la supervisión de los comendadores de la Orden Militar”.

 


     La nueva autoridad elegida, tras Francisco de Bobadilla fue el extremeño frey Nicolás de Ovando, que alcanzara el rango de comendador mayor de la Orden Militar de Alcántara. Los Reyes querían implantar su autoridad y potenciar la situación económica en la isla de la Española. Fray Bartolomé de las Casas definió al nuevo gobernador como “un varón prudentísimo y digno de gobernar mucha gente, pero no indios”.

 


     La jurisdicción de Ovando- escribe Mira Caballos- abarcaba toda la América conocida salvo las gobernaciones otorgadas a Alonso de Ojeda (gobernador de la Nueva Andalucía, al norte de Colombia) y Vicente Yáñez Pinzón, y ejercería poderes tanto de administración como de justicia en calidad de juez de apelación. Llegó para hacerse cargo de la gobernación de una isla que era un auténtico desastre, lo cual motivó que sus poderes fuesen muy amplios. Sus poderes eran casi absolutos, políticos, económicos militares, y judiciales, y disponía de una amplia plantilla de funcionarios civiles y militares para ponerlos en prácticas. El extremeño debía someter militarmente a la isla y dar viabilidad a la colonización. No debía ser casualidad que los Reyes Católicos eligieran a un alto cargo de una orden militar, pues todavía a principios del siglo XVI, pocos años después de la conquista de Granada estas instituciones conservaban su función militar. Todo estaba bien atado: Nicolás de Ovando se encargaría de la gobernación de las Indias y Cristóbal Colón de lo que mejor sabía hacer; es decir, de continuar con los descubrimientos.

 


     La labor de Ovando en la isla de La Española, hoy República Dominicana y Haití, fue tan importante que llegó a fundar 16 ciudades y villas, entre ellas refundó en 1502 la capital Santo Domingo desde la margen oriental de río Ozama a la occidental, tras un gravísimo huracán y donde aún se conserva su palacio convertido en un hotel explotado por una compañía francesa.

 

Palacio de Diego Colón en la Plaza de España de Santo Domingo. En primer lugar la estatua de Nicolás de Ovando, obra del escultor español Antonio Rodríguez

     A Ovando le sucedió Diego Colón, el hijo del descubridor. Consiguió su nombramiento, como gobernador de la Española, a donde llegó en junio de 1509, aunque nunca gozó de los poderes que había disfrutado su antecesor frey Nicolás de Ovando. Y aunque se quejó ante el monarca (Fernando el Católico), éste le reprochó que le dio poderes casi absolutos al extremeño para restituir el orden, debido al caos reinante en el virreinato.

 

     La biografía de Colón ha tenido mucha aceptación y fue presentada en diversas ciudades de Extremadura, con numerosa asistencia y alcanzado en muy poco tiempo una segunda edición. Felicidades a Esteban Mira Caballos, especialista en Historia de América.

sábado, 5 de julio de 2025

LAS RELACIONES DE CRISTÓBAL COLÓN CON NICOLÁS DE OVANDO (II)

 

 


     Y continuamos repasando el libro de "Colón. el converso que cambió el mudo", de Esteban Mira Caballos, con una segunda crónica en la que se relatan las relaciones de Cristóbal Colón con el gobernador el brocense Nicolás de Ovando.

 




     En su cuarta expedición, Colón y sus acompañantes pasaron verdaderas penalidades. Hacia la mitad de 1503 envió, desde Jamaica, dos canoas a pedir auxilio a la Española. Partieron de la playa de Santa Gloria. A pesar de todo, llegaron al cabo de San Miguel, al suroeste del hoy Haití, navegaron costeando hasta el río Ozama, donde estaba Santo Domingo, la capital donde se hallaba el gobernador Ovando, pero éste estaba guerreando contra los naturales. Mira Caballos lo describe así: El primer contratiempo se lo encontraron nada más desembarcar, pues el gobernador se encontraba en el cacicazgo de Xaragua, combatiendo una insurrección. Se encaminaron hacia allí y según Diego Méndez de Segura (el fiel criado de Colón que llegó en una de las canoas), el extremeño en vez de ayudarlos los retuvo durante los siete meses que duró la contienda.

Retrato de Nicolás de Ovando pintado por el brocense Germán Díaz
 

     Relatando el autor del libro la personalidad de Colón, saca de una carta de éste a Nicolás de Ovando, fechada en Jamaica en marzo de 1504, donde se refleja su temperamento:  Cristóbal lo hizo en tono muy amable, solicitando ayuda. Pese a no ser, le confesó, una persona lisonjera, sino que más bien todos lo tenían por áspero.

 

Isla Beata

     El 29 de junio de 1504 abandonaron aquella cárcel que era la actual isla de Jamaica zarpando para el puerto de Santo Domingo. Sólo llegaron 110 supervivientes de los 150 que comenzaron la expedición, alcanzando la isla Beata. Esta pequeña isla, de 41 kilómetros cuadrados, está al suroeste de la República Dominicana, enfrente del Parque Nacional de Jaragua. El 13 de agosto alcanzaron por fin la ciudad de Santo Domingo… “Esta vez sí, el gobernador salió a recibir al almirante con la gente principal, como si no hubiera pasado nada, e incluso lo hospedó en su propia morada. Pero se trataba de una mera apariencia, pues no le reconoció su rango… Colón lo aceptó con frustración y resignación, ya que no podía hacer otra cosa”.

 

     En uno de sus apartados, Mira Caballos trata de las mujeres en la empresa colombina, afirmando que entre 1493 y 1500 llegaron varias decenas. Otras tantas debieron llegar en la expedición de Francisco de Bobadilla acompañando a sus respectivos esposos. Y al menos dos más se embarcaron en la cuarta expedición de Colón. El primer gran grupo debió de llegar en la flota de Nicolás de Ovando de 1502, la mayoría acompañando a sus maridos, porque se otorgó pasaje franco a aquellos casados que viajasen con su mujer e hijos”.

 

     En el capítulo de La Factoría, Esteban Mira escribe que la empresa colombina nunca ofreció saldos positivos, pues solo en salarios se gastaba mucho más de lo que se producía. Los beneficios comenzarían ya en la primera década del siglo XVI, una vez finalizado el virreinato, durante el gobierno de Nicolás de Ovando.

 

Bohío taíno

Bujío cacereño
   

     En 1498 se fundó en la ribera oriental del río Ozama la ciudad de Santo Domingo, según algunos por ser ese día de la semana cuando se dio la orden para crearla. Al igual que La Isabela, al norte de la isla, la recién creada ciudad no era más que un villorrio con unos bohíos de paja (palabra que se trasladó a la villa de Las Brozas con el nombre de bujío). Bien es cierto que, desde la llegada de Nicolás de Ovando en 1502, no tardaría en convertirse en la gran capital primada de la isla.



Palacio de Nicolás de Ovando en Santo Domingo

LAS RELACIONES DE CRISTÓBAL COLÓN CON NICOLÁS DE OVANDO (I)

 


 

     Recientemente asistí en la librería Marcial Pons, de Madrid a la presentación del libro “Colón”, obra del historiador de Carmona Esteban Mira Caballos y aposentado desde hace años en Almendralejo, actualmente miembro de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura. El autor fue presentado por el también académico y periodista José Julián Barriga.

 

El autor entre Michel Julián, de ONU Turismo y el exembajador dominicano Olivio Andrés

     Hubo una numerosa concurrencia, entre los que se encontraban el historiador Martín Almagro Gorbea; el ex embajador dominicano desde 22017 a 2020, Olivo Andrés Rodríguez Huertas; el crítico de arte extremeño Antonio Calderón y el escritor y periodista Alonso Carretero.

 



     He leído la biografía y me parece muy interesante, un gran trabajo de investigación y de recopilación de las numerosas biografías del descubridor del Nuevo Mundo. Le dije a Esteban, con el que tomé una cerveza después, en compañía de su presentador y colega el garrovillano José Julián, que reseñaría las relaciones de Cristóbal Colón con mi paisano de Las Brozas Nicolás de Ovando, el primer gobernador español en Indias por orden de los Reyes Católicos, no en balde tengo el honor de ser una de las primeras personas que hace muchos años invité al autor que participase en unas jornadas históricas sobre este personaje y que un servidor organizaba en la villa como cronista oficial. En el verano de 1990 hice una amplia y extensa visita a la isla dominicana y quedé impactado por lo que vi, tanto desde el campo de la cultura, la historia común, como el de mi actividad profesional como hombre del turismo.

 


Nicolás de Ovando


     En la biografía de Colón se cita a Nicolás de Ovando un total de 16 veces y tratan de las relaciones de la máxima autoridad real con el descubridor y eso es lo que queremos resaltar en esta crónica.

 


Francisco de Bobadilla

     El 21 de mayo de 1499, es nombrado como juez pesquisidor de las Indias Francisco de Bobadilla, caballero de la Orden de Calatrava y criado de la Casa Real. Fue la persona que envió encadenando a Colón a Castilla, llegando a Cádiz el 20 de noviembre de 1.500. La Corona informó, a Diego Colón, hijo del descubridor, años más tarde, por una Real Cédula fechada en Burgos el 23 de febrero de 1512, que tuvieron que arrebatarle a su padre el poder porque tenía la isla “toda alzada y sin ningún provecho”. El elegido para encabezar el nuevo proyecto fue seleccionado con minuciosidad. Se trataba del brocense frey Nicolás de Ovando, una persona muy vinculada al malogrado príncipe don Juan y a la institución.

 

     A finales de febrero de 1502, la flota de Ovando había zarpado y los preparativos de la cuarta escuadra colombina estaban muy avanzados. El 14 de marzo de ese año Colón recibió en Valencia de las Torres (Badajoz), las últimas instrucciones antes de zarpar para las Indias. Estas instrucciones eran tres: Primero, le urgieron a salir lo antes posible para dirigirse en derechura a tierra firme, sin tocar en La Española, a donde acababa de llegar el nuevo gobernador Nicolás de Ovando. La idea era que Colón continuase lo avanzado por Rodrigo de Bastidas, en dirección norte, en busca del ansiado paso a Asia. Segundo se le autorizaba a llevar a su hijo Hernando, y tercero debía dar pasaje a Francisco de Porras, que supervisaría todo el metal precioso, perlas y especias”.

 

viernes, 27 de junio de 2025

Las Vírgenes de Guadalupe

 



 

Francisco Rivero

Cronista Oficial de la villa de Las Brozas (Cáceres)

Madrid, 26 de junio de 2025

Videoconferencia 18,30 horas de España-10,30 horas de México

 




        Ayer di una videoconferencia invitado por el grupo cultural "Círculos de Estudio", de México, a la que acudieron numerosos asistentes del país hermano de México, de España y de otros países hispanos. 


    Comencé así, pero si quieres ver la videoconferencia completa pica el enlace de abajo..



          La Virgen de Guadalupe es Patrona de la región de Extremadura, mi tierra natal, situado al oeste de España, junto a la frontera con Portugal. Y desde el año 1928, la Iglesia la declaró como Reina de la Hispanidad por la relación histórica de este santuario con el descubrimiento de América, pues fue visitado por Cristóbal Colón en varias ocasiones y aquí se bautizaron los primeros indios llegados del Nuevo Continente.


Y sobre la Guadalupana: 

 

        La Virgen de Guadalupe de México, la Guadalupana, es una referencia en todo América, no en balde es la Emperatriz del Nuevo Mundo.

 

Todo empezó en diciembre de 1531 cuando la Virgen se le apareció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el Cerro de Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México. Esta persona fue el primer santo indígena americano y fue santificado, en el año 2002 por el Papa San Juan Pablo II.


Y aquí el enlace: 

https://drive.google.com/file/d/1Kc8jmDJAH33p4O3hPbzTjvAnE9tDKhi8/view?usp=sharing