Siguiendo
trabajando con el interesante estudio de Carmen Solano y Agustín Vivas sobre “La
enseñanza femenina en Extremadura a finales del siglo XVIII a través del interrogatorio
de la Real Audiencia”, en esta ocasión se va a hablar sobre la importancia
del Interrogatorio de la Real Audiencia, que llevaron a cabo funcionarios y los
visitadores de los distritos, siendo ayudados por los párrocos, los ayuntamientos
y por personas ilustradas de las poblaciones. Se incluían 57 preguntas que tenían
relación con asuntos judiciales y socioeconómicos.
En
el caso concreto del Partido de Alcántara, a finales del siglo XVIII, los
autores de este (Carmen Solano y Agustín Vivas) informan que “estaba formado
por 38 poblaciones; de ellas, 22 pertenecían a la Orden Militar de Alcántara
(entre ellas la villa de Las Brozas como su Encomienda Mayor), 10 eran de
realengo y 3 de señoríos (de las restantes no se indica el tipo de
jurisdicción). En el partido se contaban un total de 11.433 vecinos, que equivalían
aproximadamente a 45.732 habitantes.
El
recopilador de los interrogatorios de cada villa y lugar para la Real Audiencia
fue el visitador José Antonio Palacio, que tenía el cargo de alcalde del crimen.
Hay pocos datos de este visitador, ya que solo firmaba tras las informaciones recibidas
desde las diversas localidades. Su informe tenía dos partes. En primer lugar
aparecen las respuestas a las preguntas del interrogatorio y en segundo lugar
las respuestas que dio el párroco de cada localidad.
En
otro artículo intentaré entresacar lo más importante del interrogatorio hecho
en la villa de Las Brozas para saber cómo era nuestro pueblo a finales del
siglo XVIII. Sin embargo, hay una cosa que me ha llamado poderosamente la
atención y yo desconocía y es que la villa de Las Brozas fue, en dos ocasiones
sede de la Real Audiencia de Extremadura. Lo repasaos con palabras de los
autores: “Tras la invasión francesa de 1808 y durante la guerra
subsiguiente, la sede se fue trasladando de una población a otra para salvaguardar
el derecho de los ciudadanos a recibir justicia: de Badajoz a Valencia de
Alcántara, de aquí a Brozas, a Cáceres nuevamente, luego a Garrovillas,
Ceclavín, Acehúche, Cañaveral, Navas del Madroño; Brozas otra vez, Cáceres,
Alcántara y Cáceres… una vez más. Estas localidades fueron sedes de la
Audiencia durante años, meses o semanas, siempre evitando la presencia de las
tropas francesas. Por fin, en 1811 volvió a Cáceres, donde se mantuvo hasta que
acabó la guerra”.
Tras
esto último, se abren dos vías de investigación: Una, saber en qué años se
aposentó la Real Audiencia de Extremadura en la villa de Las Brozas y cuánto
tiempo estuvo y la segunda, cuál fue el lugar donde se aposentaron sus
oficinas. Habrá que averiguarlo con la documentación que se halla en el Archivo
Provincial de Cáceres, que se halla en el palacio Toledo – Moctezuma.
Con
el interrogatorio en el Partido de Llerena, al que le dedica seis páginas, se
termina este primer tomito dedicado a la Real Audiencia de Extremadura. El segundo
librito comienza con el interrogatorio del Partido de Mérida y ya avanzado el
estudio, desde la página 23, es cuando se empieza a estudiar la enseñanza femenina
a través del interrogatorio de la Audiencia, con una introducción dedicada a la
educación en el siglo XVIII español. Es aquí donde se trata la educación
femenina en la villa de Las Brozas, lo que da, por lo menos, para una tercera
crónica.
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