Ha muerto Domingo Quijada, el moralo nacido en Montehermoso
(Cáceres), y que era el cronista oficial de Navalmoral de la Mata, en la provincia
de Cáceres. No ha muerto solo el cronista, sino el amigo, el hermano que
siempre tenía una palabra de amistad y consuelo para los demás. Comunicó su mal
por el grupo interno de los cronistas de Extremadura. Nos daba ánimos para que
él pudiera seguir adelante y… hasta le creí.
Fuimos ambos promotores de la Asociación Extremeña de
Cronistas Oficiales, incluso me acompañó en las primeras elecciones a la junta
directiva que sustituyó a la junta gestora que formaba la entidad. La amistad
iba “in crescendo”.
Un granito de arena: El año pasado me invitó a participar
con una ponencia en “sus” coloquios del Campo Arañuelo sobre un tema que tenía
que ver más con Brozas y con un artista broceño de ámbito nacional e hispanoamericano:
El actor Casimiro Ortas Rodríguez, que por pura casualidad nació en Brozas y no
en Alcántara, donde esa noche actuaba la compañía de su padre y su esposa, quien
tuvo que quedarse en la pensión de Brozas para dar a luz.
Casimiro fue un conocidísimo actor cómico. Fue tal su
gracia y su maestría que los grandes escritores de comedias del siglo XX se
pusieron a trabajar para él, como Pedro Muñoz Seca, Carlos Arniches o el
maestro Guerrero. Trabajó en México y en Cuba, pero el tema que me llevó a los
Coloquios del Campo Arañuelo fue una película de 1917 que se debió proyectar en
los primeros cines que hubo en Navalmoral de la Mata. Me hice con cuatro minutos de su película “Los
apuros de un paleto” rodada en Madrid y que se debió proyectar en su momento en
esta ciudad morala. A eso me invitó Domingo Quijada, a hablar de un cómico.
Sin embargo, las conversaciones con Domingo eran largas y
muy bien documentadas. El humor no dejaba de saltar con él. Ahora los ángeles y
él se deben reír juntos. Dios le tenga en su Santa Gloria.
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