Hoy vamos a continuar con la saga,
hablando de Juan Amador Flores, “El Joven” hijo del anterior y nacido en 1612,
no en balde fue bautizado en Santa María el 18 de abril de ese año siendo
apadrinado por el licenciado Juan Bravo y su esposa.
Juan Amador el Joven fue organista
de la catedral de Coria, pero como su padre también organero de varios órganos
de su área de influencia. Construyó dos órganos y un realejo para el conventual
de San Benito de Alcántara. Hay una pequeña historia. Trabajaba mucho y bien,
pero como le faltaban unos meses para terminar el trabajo en Alcántara, pide
por carta al cabildo de la catedral cauriense que le permitan acabar su labor
en el pueblo alcantarino y después reincorporarse a su trabajo en la capital de
la diócesis. Esa carta está fechada el 12 de octubre de 1659. En la foto, su firma.
El canónigo de la catedral de
Badajoz Carmelo Solís, ya fallecido, al que conocí en los Coloquios Históricos
de Extremadura y me contó la historia que se viene repitiendo desde entonces
que el concejo de Trujillo pidió al concejo de las Broças tencas para repoblar
sus charcas, estudió con detenimiento los órganos de Extremadura y cuenta que
en 1667 Juan Amador estaba construyendo el órgano de San Martín de Trujillo y
cuatro años más tarde, el organero broceño emitía un informe del órgano del
monasterio de Guadalupe.
Juan Amador poseía en la villa guadalupana un taller
desde donde trabajaba en los cuatro órganos grandes del convento, así como en
el realejo del de Coria En el verano de 1679 estaba enfermo de gota en
Garrovillas de Alconétar. Como no hay más datos de su biografía, se cree que
falleció este mismo año, dejando su obra en los grandes órganos de Extremadura.
Interesante, curioso. Nunca me acostaré sin saber una cosa más, leyendo este blog extremeño.
ResponderEliminarBueno, siempre hay cosas interesantes en esta Extremadura nuestra.
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