Antonio Bueno es un amigo bueno. Es
de Cáceres, bueno de Villa del Rey, un pueblo cercano al mío a pocos kilómetros
de Brozas y de Alcántara.
Hace tiempo quería dedicarle un artículo
en mi blog “Cronista de Las Brozas”, porque Bueno es un hombre bueno que ha
dedicado todo el ingreso de su libro a una buena acción, El mucho o poco dinero
que ha recogido se lo ha donado a ASPACE Cáceres, una entidad sin ánimo de
lucro declarada de utilidad pública en 1993, por atender a personas con parálisis
cerebral.
En total, El bueno de Antonio ha
recogido 205 artículos que ha ido publicando en la sección de Plaza Mayor y en
Cartas a la directora el diario HOY. A él y a mi compañero de Badajoz, Alberto
González, les debo, haber dado unas conferencias sobre la primera película extremeña,
rodada en Brozas, junto al río Salor, por Herminio Torres. Además, Antonio
Bueno fue mi brazo derecho tras la fundación de la Asociación de Periodistas y
Escritores de Turismo de Extremadura, una asociación que duró más de 25 años y
que al pasar a una nueva junta directiva, liderada por Juan Pedro Plaza
Carabantes, desapareció en menos de dos.
El libro se titula “Desde mi patio”
y yo le coloco la foto de su libro desde mi patio apoyado en un carrito típico de
Costa Rica. Sé que Bueno ha viajado por medio mundo incluso por países donde yo
no he pisado, un gran viajero.
En sus numerosos artículos habla
varias veces de Brozas, el primero de ellos, con motivo del 500 aniversario de
su fallecimiento dedicado, en mayo de 2011, Nicolás de Ovando, primer gobernador
en Indias por orden de los Reyes Católicos; nacido en Brozas y enterrado en Alcántara.
El segundo es de su abuela paterna,
que no había salido de Villa del Rey y cuando iba hacia Cáceres, al pasar por
Brozas le dijo a su hijo que la llevaba en el coche: “Hijo qué grande es el mundo”. Y su nieto responde en el libro: “¡Santa inocencia!”.
Con el tercero aprendí de Cáceres
una cosa que yo no sabía. La Casa de Mirón, una antigua casa de muebles, situada
en la Plaza de Publio Hurtado, donde estaba el Museo Municipal, ahora cerrado, había
sido propiedad de la familia Elviro de Brozas, que se la vendió a la señora
Gordún que tenía una tienda en la plaza de San Juan (Muebles Mirón)
Que crónica más interesante Francisco. Gracias por enseñarnos un poquito más de nuestra tierra y sus gentes. Suerte con el libro Antonio Bueno!
ResponderEliminarGracias. Mi relación con Aspace viene a través de mi esposa que trabajó allí unos 15 años. Ya hemos colaborado anteriormente con un reportaje fotográfico que les hice y que colorearon con el ordenador.
ResponderEliminarMi enhorabuena por esta cronica gracias por enseñar historia de nuestra tierra
ResponderEliminarGracias por toda esa buena labor que haces.
ResponderEliminar