sábado, 2 de mayo de 2020

Relaciones de la villa de Las Brozas con Garrovillas de Alconétar



           Esto de estar confinados por orden sanitaria gobernativa hace que dediquemos un buen rato a mi biblioteca de temas extremeños. He sacado el libro de Santiago Molano Caballero “Alconétar. Colección de documentos, escritos y publicaciones”, editado por la Asamblea de Extremadura con motivo del 25 aniversario del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma, con 379 páginas, que aporta 90 documentos históricos, de los que siete de ellos tiene relación con la cerca villa de Las Brozas.


Prehistoria. El solar de los túrmodigos.

            Los tumorgos era un pueblo pre-romano, poco estudiado, vecino a los cántabros y astures, por la actual Burgos y Palencia, y fueron conquistados por Quinto Cecilio Metelo, en el 73 antes de Cristo. 

            En el libro, del que ya tratamos el otro día sobre la Brozas artística en 1959, “Extremadura, tierra donde nacían los dioses”, publicado en 1961 por Espasa-Calpe, Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, con referencia familiar en Brozas escribe sobre la herencia de Alconétar:

            Apenas se cruza a la margen izquierda del Tajo, hay que desviarse al oeste de la carretera general para ir hasta la cercana Garrovillas, la heredera de la jurisdicción del viejo Alconétar. Tan solamente se encuentran en este sector la cabeza del partido y Navas del Madroño, que queda ya fuera del terreno pizarroso, en la veta granítica, cercana a la influencia de la histórica villa de Brozas, lo que se refleja en los blasones que ostentan algunas casas. Navas es un pueblo de vida rural, que tiene el curioso detalle de la enorme cantidad de chimeneas que destacan sobre sus tejados.

            Garrovillas descansa sus cimientos en un bajo rodeo de cerros, en tierra escabrosa y de pizarra por la que pasaron las viejas civilizaciones, lo que atestiguan los dólmenes de las Eras del Garrote. Se dice que aquí tuvo su asiento la tribu céltica de los túrmodigos, arrancando de tan lejanas edades la vida de la que luego parece fue modesta aldea denominada Garro y sujeta a la jurisdicción de Alconétar, hasta que la decadencia y ruina de ésta, casi consumadas en el siglo XIII, la convirtieron en heredera de su vecindario, de su primacía y de su título de villazgo, que unido al primitivo nombre, formó el de Garrovillas. Igual que la vieja sede, fue señorío de infantes, recayendo después en la casa de Alba de Liste, cuyos escudos timbran los monumentos, en detalles tan encantadores como la gótica portada lateral de la parroquia de San Pedro.


Año 1233: Carta Puebla de Garrovillas de Alconétar

            Uno de los temas que trata este libro es un documento de la primera mitad del siglo XIII, concretamente del año 1233, concretamente la Carta Puebla de Garrovillas de Alconetar, carta entregada ese mismo año en la villa de Alcántara por el rey Alfonso IX (Zamora 1171, Sarria 1230). Por esta carta, el rey concede una serie de privilegios para repoblar la villa de Garro tras la Reconquista. Hay que recordar que tanto Alcántara como Brozas fueron reconquistados a los moros el 17 de enero de 1213, solo 20 años antes. En este caso se escribe sobre los deslindes de la villa de Alconétar.

Ermita de Santo Domingo, en Navas del Madroño

            En este apartado hay que decir que, por esa época, la aldea de Las Brozas pertenecía a Alcántara, hasta que en, en tiempos de Carlos V, concretamente en 1537 se separó de ella. Posteriormente, ya en el siglo XVIII, Las Ventas del Madroñal; es decir, Navas del Madroños, se apartó de la villa de Las Bozas. De ahí que el deslinde de esta zona entre la villa de Garro y Alcántara fuera por la zona de la rivera de Araya, pegando a la ermita de Santo Domingo.  Sto Vicente de ay sus a o regajo dnde o a camino das brozas q ven do o mesto de soberere dereyto dy volve faz a araya atraviesa araya por yus de santo dgo”. (Atraviesa la rivera de Araya por Santo Domingo)



Los templarios de Alconétar

            El rey Alfonso X (Toledo 1221, Sevilla 1284) y los templarios de Alconétar es el tema que Antonio C. Floriano Cumbreño trata en su libro “Cáceres, la repoblación y los Fueros” (Cáceres 1959), donde habla del conflicto de los templarios de Alconétar con la villa de Cáceres. Todos sabemos que las villas de Garro y de Alconétar fueron templarias, de las que se apropiaron con el tiempo los freyres de la Orden Militar de Alcántara, como expliqué en la ponencia que cerró el Congreso Internacional de los Templarios celebrado en Jerez de los Caballeros (Badajoz) hace ya varios años.


            Este documento habla de que: En el momento de la reconquista de Cáceres el Temple pues había quedado reducido en la Transierra a la posesión de Alconétar y parecía dispuesta a mantenerse allí, concentrando en esta posición la totalidad de su poderío, decidido a no soportar más detentaciones. Robustecieron el Castillo rodeándole de reductos, pusieron en él una fuerte guarnición y desparramaron por los extensos campos de la encomienda sus ganados, bajo la protección de pastores armados como guerreros.


Torre de Floripes, Castillo de Garrovillas. Tapado por el pantano de Alcántara


            Ellos recelaban en primer lugar de Alcántara que por la parte de Brozas presentaba una avanzada palmariamente amenazadora contra Garrovillas; pero no perdían de vista el realengo cacerense cuyos confines llegaban hasta Talaván, subiendo sus ganados a pastar hasta la confluencia del Almonte.


            De hecho, hay en esos campos de Hinojal, a 5 kilómetros de Talaván, y en las cercanías de los límites actuales de Hinojal con Garrovillas, una ermita templaria, la de San Berto (San Bartolomé), con restos de frescos en su interior y que ha sido recientemente restaurada por todos los vecinos y que la Asociación de Hispania Nostra, que defiende los monumentos artísticos y naturales de España, ha sacado de su lista roja. Esperemos que haga lo mismo con el famoso convento de San Antonio de Garrovillas.



Ermita de San Berto (Hinojal)



Los castillos de Brozas

            El autor del libro recoge también otro documento bibliográfico, cual es el trabajo de Antonio C. Floriano Cumbreño titulado “Castillos de la Alta Extremadura», editado en 1953 en Cáceres y en lo referente a Brozas trata de sus castillos.

            Al sureste de Villa del Rey, en término municipal de Brozas, estaba la atalaya llamada de Belvís, de la cual resta un sólo ángulo de Torreón, visible todavía a la derecha de la carretera.

Torre de Belvís entre Brozas y Villa del Rey

            Brozas, que tuvo castillo de gran fortaleza del que resta tan sólo alguna de las torres de ángulo, que son redondas. El resto está o destruido o sumergido en edificaciones posteriores. Hacia el este de Brozas estaba la encomienda de Araya, con su villa y su castillo.



Castillo de Araya, al sureste del término municipal de Brozas

Año 1642: Un posible rey de Andalucía

            Por último, unos siglos más tarde, otro documento que cita en las relaciones entre las localidades de Garrovillas de Alconétar y la villa de Las Brozas trata de la crónica del confinamiento que tuvo el Duque de Medina Sidonia don Gaspar Alonso Pérez de Guzmán el Bueno (sobrino del famoso Conde Duque de Olivares) en Garrovillas durante gran parte del año 1642, pues llegó al pueblo vecino el 21 de enero de ese año.  Nació en Valladolid en 1602 y murió en 1664 en Dueñas (Palencia). El rey Felipe IV lo mandó exiliar porque quiso quitarle el torno y hacerse rey de Andalucía con el apoyo de su cuñado el rey Juan IV de Portugal.

            Este documento lo recoge Luisa Isabel Álvarez de Toledo en el libro “Historia de una conjura”, publicado en Cádiz en 1985.


            Y aquí se escribe: “Decir que el Guzmán estuvo preso en Garrovillas, sería exagerado. Tomaba la barca de Alconétar, cuando le venía en gana, pasando la Semana Santa en el Convento del Palancar. Fundado por San Pedro de Alcántara, el cenobio de adobe y celdas ínfimas, estaba en construcción. Incómodo el retiro, lo suavizó la nieve, que se procuró para la bebida. Frecuento Cañaveral, asistiendo en Brozas a la fiesta de San Marcos. En abril quiso trasladarse a Zafra, lugar mejor comunicado, que le permitiría activar la leva. 




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