domingo, 29 de septiembre de 2013

Vasco Núñez de Balboa y Nicolás de Ovando


 


 

 

         Este fin de semana lo he pasado por Las Brozas y Trujillo, lugares ambos de gran referencia en la conquista y colonización de América. Esta se mana se cumplía el V centenario del descubrimiento del Océano Pacífico por el badajocense Vasco Núñez de Balboa. Eran las diez de la mañana del 25 de septiembre de 1513. Y sobre los primeros años de Balboa en el Nuevo Mundo, y su relación con el gobernador de la Hispaniola, el brocense Nicolás de Ovando, trató mi ponencia en los XLII Coloquios de Extremadura celebrados durante toda la semana en la ciudad natal de Francisco Pizarro.

         Este fue el resumen:

El año 1500 partía desde Jerez de los Caballeros hacia las Indias un joven  de 27 años llamado Vasco Núñez de Balboa y el mismo recorrido haría dos años más tarde un hombre ya maduro (42 años), nacido en la villa cacereña de Las Brozas. Se trataba de Nicolás de Ovando, quien por orden de los Reyes Católicos se iba a hacer cargo de la gobernación de las tierras descubiertas hacia sólo diez años por Cristóbal Colón.

         El joven, con ganas de gloria; el maduro, con deseos de incorporar las nuevas tierras a la corona española. Ambos forman parte de la historia de España y, por la trascendencia del hecho, de la historia universal.

         En esta ponencia veremos la actividad que se desarrollaba en la colonia en los siete años que duró la estancia de ambos allí, la creación de nueva ciudades y el desarrollo de la agricultura y de la ganadería, trabajo en el que se empleó Núñez de Balboa en Salvatierra de la Sabana, un pueblo que es el antecesor de la ciudad haitiana de Les Cayes.  Balboa trabajó en lo que conocía en su tierra extremeña (agricultura y especialmente ganadería) y que en las Indias le llevó a la ruina, por lo que, agobiado por las deudas, como es de todos conocido, tuvo que salir huyendo como polizón en un barco dentro de un bote junto a su perro Leoncico para, con el tiempo, cubrirse de gloria al ser la persona que descubriría, en lo que hoy es la nación hermana de Panamá, el Mar del Sur; o sea, el Océano Pacífico,  la mayor masa de agua de la Tierra.

 
         Y tras esto, he de añadir que el ilustre académico y catedrático de Historia de América, Demetrio Ramos considera que hay tres grandes personajes en la conquista de América: Ovando, Balboa y Cortés, al que hay que añadir la cuarta pata de esa gran mesa que conforma la colonización del Nuevo Mundo: el trujillano Francisco Pizarro, que dio a España otro imperio, el del Tahuantisuyo, el imperio inca

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El mundo maya





 

         Hace unas semanas. a la misma hora que escribo este artículo en la villa de Las Brozas, (seis de la tarde en España, 11 de la mañana en México) me hallaba dentro del Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida. Yucatán México. Invitado por la dirección, fui recibido por un guía maya que me lo enseñó durante tres largas horas y me empapé bien de lo que era y es esta civilización, cuya lengua aún hablan muchos yucatecos.

         El singular edificio, obra de cuatro arquitectos yucatecos, asemeja el árbol de la ceiba, el árbol sagrado de los mayas y es un espacio para mirar, escuchar y reflexionar lo que fue y es esta cultura propia del territorio mexicano, hondureño y guatemalteco.

         Como uno acababa de impartir, por encargo de la ONU, un curso sobre turismo cultural, este museo tiene entre sus propósitos el de atraer a un importante número de viajeros interesados en los recorridos culturales.

         El guía abrió su recorrido en la sala del aerolito de Chiccxulub, el meteorito que destruyó en un 90% de la vida en la tierra y acabó con los dinosaurios; ese meteorito, de 10 kilómetros de diámetro cayó allí mismo, entre el mar y la tierra de Yucatán hace 65 millones de años y abrió un enorme cráter bajo los pies de los visitantes del Museo. Además hay cuatro salas permanentes que cuenta la naturaleza y la cultura de la región del  Mayab; los mayas de hoy en relación a los mayas de ayer para concluir con los mayas ancestrales y su cultura, con algunas referencias al territorio dominado, expoliado y rebelde.

         El museo da cuenta de los mayas matemáticos, astrónomos, filósofos, ingenieros y arquitectos, agricultores, apicultores o médicos

         Para mayor información, visitar la página www.granmuseodelmundomaya.com 

 

         Para completar la información del museo he de decir que a las nueve de la niche se proyecta el gran espectáculo de luz y sonido del artista francés Xavier de Richmont, basado en un guión del maestro Jorge Esma Bazán y de la escritora Beatriz Rodríguez Guillermo. La banda sonora cuenta con registros de obras musicales  populares de Yucatán y otras internacionales como “El Amor Brujo”, de Manuel de Falla; “Carmina Burana”, de Carl Off; “Huapango”, el segundo himno de México, de Pablo Moncayo y termina con “Así habló Zaratrusta”, de Ruchard Strausss.

         Antes de concluir mi visita al museo, su director se puso en contacto telefónico conmigo para saludarme, porque no podía hacerlo personalmente como habíamos quedado, ya que le llamaba el gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, ya que estaban preparando el Festival Internacional de la Cultura Maya, que se celebrará desde el 17 de octubre al 3 de noviembre, pero esta es ya otra historia que contaré en el siguiente artículo.


En la foto, un aro del juego de la pelota procedente de Chichén
Itzá
 

 
 

Dos broceños emigrantes

 


En Brozas estuve viendo el programa "El emigrante", que emite Canal Extremadura Televisión y donde salían dos broceños: Mi amigo Pedro Salgado y José Andrade. Pasé rato maravilloso. Aquí el enlace para quien quiera verlo y conocer cómo dos personas han hecho su vida profesional a cientos de kilómetros del pueblo:
 
 

martes, 17 de septiembre de 2013

Un buen final


 

         Mérida de Yucatán es una ciudad hospitalaria. No es la primera vez que acudo a ella y siempre ha sido así. Los meridanos se ofrecen, con simpatía, a los demás. Un ejemplo de cuanto digo ha sido mi conductor y asistente, el joven ingeniero aeronáutico – y ya amigo- Jorge Trujillo, quien siempre ha estado dispuesto a ofrecer su ayuda en lo que fuera necesario. Sin duda, ha sido la cara amable de la ciudad.

         Tras la buena conclusión del curso sobre Turismo Cultural, impartido bajo el patrocinio de la ONU y la Liga de Acción Social Meridana, presidida por el licenciado Héctor Navarrete Muñoz, los días que he pasado en Mérida han sido muy provechosos en relaciones humanas y visitas a los lugares turísticos. Desde volver a encontrarme con Teté Mézquita, germen de este curso y promotora de las Méridas del Mundo, una mujer dinámica que junto a su esposo Alejandro Valera Baeza, pasamos un buen rato en la vaquería de Santa Lucía, oyendo cantar a los maestros yucatecos y cenar después en “La Trato”, donde me dedicó su libro “Al encuentro de las Méridas” y yo le correspondí con el de los Hijos Ilustres de la Villa de Brozas.

         Y hablando de gastronomía, ya reseñé lo bien que comí en la Tradición, una preciosa casa de comida típica yucateca, pegada el hotel de “Maison del Embajador”, en la céntrica calle 60, como fue muy bueno el desayuno que el director de los Aluxes, Emir, nos preparó a Armando de Lucas – el otro profesor- y a mí.

         El licenciado Héctor Navarrete nos llevó a comer a La Pigua, un magnífico restaurante que aspira a tener una estrella Michelin y también visitamos el precioso y encantador hotel Rosas y Chocolate, junto a su dueño Carol Kolozs, de origen checo, con quien lo visitamos y comimos un excelente menú del día. Creo que estas dos experiencias merecen un artículo aparte.

         En el ámbito cultural tuve la suerte de conocer en el teatro Peón Contreras al licenciado Ariel Avilés, director del Colegio Modelo, toda una institución educativa en pleno Paseo de Montejo, los Campos Elíseos meridanos, quien nos acompañó a conocer su Universidad Modelo, presentándonos a su rector ingeniero Carlos Sauri Duch, con quien mantuvimos una interesante y fructífera conversación en su despacho.

         No hay que olvidar la visita a la Hacienda Sotuta de Peón, una herencia viva de las haciendas henequeras de primeros del siglo XX, que enriquecieron el estado de Yucatán, mostrando cómo era una finca del interior y que fabricaba y sigue fabricando las cuerdas y sogas que se exportaban a todo el mundo.

         Tras haber presenciado en primera línea el descendimiento del Cristo de las Ampollas, tan venerado el 14 de septiembre en Mérida, y recorrer, en visita privada, el extraordinario Museo del Mundo Maya (totalmente recomendable), la mejor experiencia fue el almuerzo en la casa de Jorge Trujillo, donde tuve el gusto de conocer a don Jorge, su padre, su madre, su esposa, si nenita y hasta a su hermanos. Una comida familiar y llena de risas en el jardín de la casa.

         Una visita rápida a la Casa de las Artesanías, para comprar regalos artesanos para familia y amigos puso punto y final a estas jornadas yucatecas. 

         He regresado a Mérida Yucatán tras 20 años de ausencia, desde que en mayo de 1993 organizara el I Encuentro de Periodistas de Turismo de las Méridas del Mundo, que nuestra amiga Teté Mézquita también reseña en su libro “Al encuentro de las Méridas”. En esta ocasión ha sido más tranquila y sosegada, pero no por ello, menos intensa en el encuentro de gentes que ya conocía, como mis amigos periodistas Fredy Tejeda y Víctor Lara, ambos vivieron aquellas jornadas periodísticas y recordaban a su amigo extremeño. ¡Hasta siempre!

martes, 10 de septiembre de 2013

Una magnífica orquesta yucateca


 

         Y vengo de callejear las plazas y vías principales de Mérida, que el domingo se abren al tráfico de dos ruedas. Se trata de una costumbre que se han tomado los ciudadanos meridanos para conocer sus ciudad e invitar a los turistas a que visiten sus monumentos sin estar las calles llenas de coches.

 


         Enfrente de mi hotel –el Maison del Embajador-  se halla la Plaza de Santa Lucía, lugar donde se dio a conocer el ilustre cantante yucateco Armando Manzanero, aquel que cantaba el tema “Esta tarde vi llover”, que tanto gustó a los españoles: pues bien, allí un domingo cualquiera, las jaranas yucatecas ofrecen música en vivo al pueblo mientras unos metros más allá está el rastro de cosas antiguas. Compro unos libros sobre Yucatán, sus costumbres, sus hábitos, su monumentos…

 


         El licenciado Héctor Navarrete Muñoz, director general de los Aeropuertos del Suroeste (ASUR) me invita al Teatro José Peón Contreras, construido en 1908, para asistir al concierto inaugural de la OSY , la Orquesta Sinfónica de Yucatán, que con 56 profesores y dirigida por el maestro Juan Carlos Lomónaco, interpreta un magnífico programa de música de compositores regionales, incluso se interpreta la obra “Metro Chabacano”, cuyo autor , Javier Álvarez se encuentra entre el público y sale a saludar.

 

         Las piezas interpretadas por la OSY tienen una gran sabor mexicano, con música que identifica al país y que son seguidas por un teatro abarrotado por la música clásica. Se da la circunstancia de que el maestro invitado es el pianista Manuel Escalante, quien interpreta como solista el “Concierto para piano y orquesta” de Ricardo Castro, (1864 – 1907), pianista, compositor y maestro de piano, fue director del Conservatorio Nacional de Música. El éxito de Manuel Escalante fue arrollador, con el público puesto en pie, y ofreciendo un bis. Manuel Escalante vive en Badajoz (España).

 

         La orquesta finaliza su programación el que llaman segundo himno de México, “Huiapango”, una pieza obra de José Pablo Moncayo, que forma parte del mejor repertorio musical mexicano. La OSY ha presentado 19 exitosas temporadas, interviniendo con Plácido Domingo, y hace tres años en el Concierto de la Noche del Sol con el cantante Elton John, en la pirámide de Chichen Itzá.

 


         La jornada matinal se completa con un almuerzo en uno de los mejores restaurantes yucatecas que conozco, “La Tradición”, comenzando con un cóctel de chaya (buenísimo); una deliciosa crema de Xcatic, a base de chile Xcatic, queso de bolsa, y vino blanco, ligeramente picosa; a esto le añadí un segundo plato que fue el famoso queso relleno yucateco, que consiste en una bola de queso relleno de picadillo, preparado con almendras, pasitas, aceitunas y alcaparras, servido con salsa de tomate. De postre, otro cóctel de chaya.

 

         Como es un restaurante al que hay que ir, aquí está su dirección: Calle 60, junto a la Plaza de Santa Lucía y para más información: http://www.latradicionmerida.com/home.php

domingo, 8 de septiembre de 2013

Crónica desde Mérida (Yucatán. México)


 

         El viajero se ha convertido por una semana en profesor, profesor del curso de Turismo Cultural que a partir de mañana lunes impartirá, con el doctor y amigo Armando de Lucas,  en la Casa de España en Mérida (Yucatán), bajo el patrocinio de la oficina de las Naciones Unidas en México y la colaboración de la Secretaría de Turismo del Estado de Yucatán y el aeropuerto de la ciudad, dirigido por Héctor Muñoz Navarrete. En total serán 32 alumnos de dos públicos tan diferentes como profesionales del sector turístico y de los medios de comunicación, especializados en turismo.

 

         Estuve por primera vez en Mérida en noviembre de 1991 fecha en la que sustituí al secretario general de Turismo de España en el congreso de AMPRETUR (Asociación  Mexicana de Prensa Turística), que entonces presidía mi buena amiga Conchita Schiaffino, hoy fallecida. Volví en 1983 cuando organicé el I Encuentro de Periodistas de Turismo de las Méridas del Mundo, evento que se plasmó después en una visita de los periodistas mexicanos a la Mérida española y por toda Extremadura.

 

         Una tercera ocasión fue con motivo de un Ki-Huic, o evento turístico internacional para promocionar el mundo maya y ahora va por la cuarta visita. Le tengo un cariño especial a esta Mérida yucateca, que se complementa con las otras dos Méridas americanas (Venezuela, en plenos Andes ,y la de la isla de Ometepe, la mayor isla de agua dulce del mundo, en Nicaragua). Tengo la suerte de conocer todas.

 

         Pero decía que a ésta le tengo un aprecio especial, ya que fue fundada el 6 de enero de 1542 por Francisco de Montejo, el Mozo, hijo de Francisco de Montejo el Viejo, ambos de origen broceño, aunque algunos consideran que son de Salamanca, donde hay un pueblo (Montejo) de igual nombre que su apellido, situado entre Guijuelo y la capital en plena carretera nacional 630.

 

         Cuenta la historia que esta zona los mayas la llamaban T’ho en tiempos prehispánicos, que significa Cinco Cerros; también recibió el nombre de Ichcaanzihó. Estoy en el hotel Maison del Embajador, situado en una bellísima casa colonial que da gusto estar en él por las buenas atenciones recibidas por parte del personal, entre ellos la cocinera Tere y del mesero Iván. Probé, hecha por Tere, el famoso platillo yucateco, la cochinilla pibil, una manera de cocinar el cerdo que los extremeños trajimos por aquí hace siglos. Es tanta la fama de este plato que los japoneses quisieron comercializarlo, pero el pueblo yucateco, de alma maya, no lo vendió. También he comido cochinita pibil en Madrid, comprado en la tienda gourmet de El Corte Inglés de La Castellana. La directora general, Elma Navarrete, dejó ayer en mi habitación una bandeja de bienvenida a base de mazapán de Pepita, dulce de coco, yemitas y bolitas de maíz. Lo que he probado, riquísimo. Estaba 25 horas sin dormir, así que probé poco, pero probé- Ahora me voy a dar una vuelta por la ciudad. Ya les contaré.