Anoche estuve en los actos oficiales
de la Fiesta de la Tenca. En su XXXI edición, desde que ya hace 32 años a
cuatro personas solo, en una conversación informal, con cuatro cervezas por
delante se nos ocurriera idearla y promoverla.
Como cronista y promotor de la idea
voy a comentarla en favor de las cuatro personas que allí estuvimos, aunque la
fiesta ha ido tomando forma y cuerpo y hoy está totalmente asumida por los
habitantes de los quince pueblos de la comarca Tajo Salor Almonte, muy bien
desarrollada por los profesionales de la Diputación de Cáceres, que vienen
trabajando en ella desde hace muchos años.
Una noche de primeros de agosto de
1988, cuatro personas: el entonces alcalde de Alcántara, Ignacio Esteban; el
que fuera también alcalde de Malpartida de Cáceres, ya fallecido, y diputado de
Cultura de la Diputación Provincial, Antonio Jiménez y dos profesionales
independientes del sector del turismo; Rafael Gómez Barberá, gerente del
Patronato de Turismo de Cáceres y un servidor, que por entonces trabajaba en la
Dirección General de Turismo de España, comentábamos que qué bonita estaba la
noche con tantos alcantarinos, visitantes y turistas que estaban en el Festival
de Teatro de Alcántara. ¿Qué se nos podría ocurrir para que esas personas que
dinamizaban económicamente la comarca, se quedaran hasta finales de agosto? Un
servidor, en honor a la verdad, propuso que fuera algo único, algo propio algo
de la comarca, y sugirió que en las charcas de Brozas y Alcántara había un pez
único, muy caro, y que podría organizarse una fiesta gastronómica con él. De
ese sencillo pensamiento surgió la fiesta que a los pocos años se convirtió en
la primera Fiesta Gastronómica de Extremadura y se le impuso la Tenca de Oro a
numerosas personalidades y a entidades colectivas. A lo largo de los años, se
ha visto que ha sido todo un éxito. Todo esto lo cuento “in extenso” en el
libro de los 25 años de la Tenca, que se presentó en 2013 en Malpartida de
Cáceres, a donde me traje a la mejor cocinera de tencas en Italia, cuyo
restaurante se halla en el lago Iseo, en la provincia de Brescia.
Y anoche volvió a ocurrir el milagro
de los peces. Anoche en Aliseda, hubo muchísima gente del pueblo y de los
alrededores haciendo una piña y considerándose habitante de esta preciosa
comarca del oeste extremeño, lindando ya con la Raya portuguesa. Allí premiaron,
una vez más, a dos personalidades de la región, a la actriz Clara Alvarado, por
su papel den diversas películas y en la serie “La casa de papel”, impuesta por
la presidenta de la Mancomunidad Tajo - Salor, la brocense Milagrosa Hurtado,
la primera mujer que accede a esta presidencia y la tenca institucional fue
para el Grupo de Estudios Prehistóricos Tajo - Guadiana (PRETAGU), de la Universidad
de Extremadura que ha estudiado muy a fondo todo lo relacionado con el Tesoro
de Aliseda, un año antes del centenario de su descubrimiento el 29 de febrero
de 1920.
Sin duda, una noche de fiesta que se
prolonga como era habitual en el día del sábado con numerosas actividades
lúdicas y culturales para el entretenimiento de los visitantes de este bello
pueblo de la Sierra de San Pedro, que entra de lleno ya en la historia de la
Arqueología Española con su afamado tesoro tartésico de inspiración artística
de oriente, que se guarda en el Museo Arqueológico Nacional, junto a la Plaza
de Colón de Madrid y cuya réplica se halla en la propia Aliseda, en un Centro
de Interpretación que consiguió realizar la anterior alcaldesa, Claudia Moreno
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