Cincuenta años del cuartel de la Guardia Civil de Brozas

 

 

         El 5 de noviembre 1964 el ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, firmaba un decreto, refrendado por Francisco Franco, por el que se autorizaba la construcción de la casa cuartel de la Guardia Civil de Brozas. El decreto fue publicado en el Boletín Oficial del Estado del 21 de noviembre de ese mismo año.

         El presupuesto total publicado para la construcción fue de 3.015.790,12 pesetas, ajustándose al proyecto formalizado por el organismo técnico de la Dirección General de la Guardia Civil.

         De la cifra indicada de tres millones y pico, el Instituto Nacional de la Vivienda anticiparía, sin interés alguno, la cantidad de 2.714.211 pesetas. Esa cantidad sería resarcida en 50 anualidades (hasta 2014), a razón de 54.280 pesetas al año. Como aportación preceptiva, el Estado contribuiría con la cantidad de 48.250,30 pesetas a lo que había que sumar lo que tenía que aportar el Ayuntamiento que eran 152.528,72 pesetas. El solar sobre el que se levantaría el cuartel estaba valorado en 100.800 pesetas.

 

         El 6 de noviembre de 2009, uno de mis primeros artículos estuvo dedicado a este cuartel (se puede leer completo en este enlace: http://cronistadelasbrozas.blogspot.com.es/search?q=cuartel )y en él se decia que en “una crónica del diario ABC el 21 de enero de 1969 escrita por Valeriano Gutiérrez Macías, se dice que “el cuartel fue inaugurado por el gobernador civil Federico Trillo - Figueroa y Vázquez, (padre del que luego sería presidente del Congreso, ministro de Defensa y hoy embajador en el Reino Unido), y el jefe de Zona de la Guardia Civil de Sevilla, es de línea moderna y cuenta con 17 viviendas y los servicios propios de un puesto de la categoría de Brozas. Su importe se ha elevado a 2.721.421 pesetas”.

         Se supone que la diferencia de menos precio se debe a la rebaja que haría el constructor. Sólo es una suposición mía. Lo que sí se puede decir es que el cuartel de la Guardia Civil de Brozas, levantado ahora hace 50 años, costó unos tres millones de pesetas, al cambio unos 18.000 euros.