El Viernes Santo se ha ido con
Jesucristo mi admirado profesor y cronista oficial de la villa de Madrid
Enrique de Aguinaga, a la edad de 98 años. Cuando un servidor tenía 18 años -en
los cursos 1971-1976- le conocí en la entonces Facultad de Ciencias de la
Información, cuando ni siquiera esta tenía sede oficial y se hallaba en el Instituto
de Radio y Televisión en la Dehesa de la Villa de Madrid. Fue mi profesor de
Redacción Periodística, un gran maestro de la enseñanza del periodismo vivo y
palpitante. Con el tiempo creó el Máster de Periodismo en el diario ABC.
Durante su trabajo como profesor nos
llevó a verdaderas personalidades del periodismo, como el dibujante y con el tiempo
Académico de la Lengua, Antonio Mingote, o el también humorista Antonio Fraguas,
más conocido como Forges, que es la traducción de su apellido desde el catalán.
En ambos casos, como con otros michos los alumnos supimos disfrutar de esas
singulares clases.
Conocía su enorme casa en la Ciudad
de los Periodistas de Madrid; una casa con muchos libros, una verdadera
biblioteca que tenía en grandes estanterías y que ya ha donado recientemente a la
Fundación de Caja Badajoz y también al Museo de Historia Municipal de Madrid. Hace
años fui a verle a su casa para abrirle las puertas a una buena amiga periodista
de Brozas, ya fallecida, Quiqui Bravo Rino, que le entrevistó para una revista.
Como vivíamos juntos muchas veces
nos veíamos en el metro Herrera Oria cuando él llegaba, a mediodía, de su
oficina desde la que dirigía la revista “Ilustración de Madrid”.
Poca gente sabía que era natural de
un pueblo de Extremadura, concretamente de Valverde del Fresno, en plena Sierra
de Gata cacereña, donde hace años los cronistas de Extremadura cuya asociación tuve
el gusto de iniciar, siendo el presidente de su junta gestora, le hicimos un
homenaje y le acompañamos en ponerle una calle a su nombre. Al día siguiente me
quedé solo con él y recorrimos la villa con su compañera y cuidadora. Quiso recordar
los recovecos del pueblo y hasta la iglesia donde fue bautizado. Una fotografía
que tengo y que le envié. La mujer hizo como si le bautizara por segunda vez a sus
90 años y yo tomé esa singular foto. He de encontrarla entre mi colección de
miles de fotografías.
En otra ocasión, en las cenas coloquios
que celebrábamos lo extremeños en Madrid, una noche él era el invitado. Dijo
que había acudido para saludar a sus paisanos, pero también para habar de José
Antonio Primo de Rivera, del que había leído todas sus obras y era un fiel
seguidor, no de ser falangista, que nunca lo fue.
En el Hogar Extremeño de Madrid
Siendo un servidor vocal de Cultura
del Hogar Extremeño de Madrid, bajo la presidencia de Maruja Sánchez, le invite
en el año 2010, a que diera una conferencia sobre el centenario de la Gran Vía
de Madrid. Fue un exitazo y aprendimos mucho de él. De esa charla recuerdo algo
muy singular. Un día aparece muerto en la Gran Vía un señor, congelado de frío…
resultó ser el embajador de Rusia en Madrid
Uno de los últimos encuentros fue,
en octubre de 2015, en el Congreso Nacional de la Real Asociación Española de
Cronistas Oficiales, celebrado en Jaén, donde le acompañó otro buen amigo, Vicente
Oya Rodríguez quien en 1973 trabajaba como periodista en el diario del Movimiento
“Jaén”, me enseñó a ser un audaz reportero. Vicente y Enrique fueron nombrados Cronistas
de Honor por esta Real Asociación, cuando la presidía Antonio Galiano y un
servidor formaba parte de su Junta Rectora Nacional. En este vídeo, Enrique de
Aguinaga no cumplía 92 años, sino 29…
No puedo dejar de mencionar aquí la entrevista
que le hizo Julio Ariza en 2016 en “El Toro TV” y que ha sido repuesta hacer unos días con
motivo de su fallecimiento. Allí descubrí al verdadero Enrique de Aguinaga, un
hombre con mucho humor, pero también con mucha profundidad. Baste solo un ejemplo.
En la entrevista dijo: “Hay tres
estamentos fundamentales: El universo, la naturaleza y el hombre… y todo ello
me lleva a Dios”.
¡Dios
lo tenga en su Santa Gloria”