martes, 21 de diciembre de 2021

Las cruces de Las Brozas

 


Cruz de San Juan

 

        Hasta siete cruces de la villa de Las Brozas estudian dos entendidos en estos temas, cronistas oficiales de Trujillo y de Casas de Don Antonio y que han visto su obra publicada por la editora Regional extremeña. Se trata del José Antonio Ramos y Óscar San Macario que han visto publicado su libro “Cruceros y cruces de término de la provincia de Cáceres”.

 


 

            Vayamos por partes. La filosofía para estudiar y dar a la luz estos monumentos la explican los propios autores en unas declaraciones a la revista “Grada”: Se trata de verdaderas reliquias ubicadas en las entradas de los municipios, en los cementerios o en las cercanías de ermitas e iglesias parroquiales como muestra de piedad cristiana. Muchas de ellas muestran una maestral decoración escultórica. El libro analiza los antecedentes de las cruces de término y los cruceros. Hitos que representan un importante legado patrimonial y una seña de su cultura y sus costumbres”.

 

            En el caso concreto de nuestra villa, Ramos y San Macario indican que son frecuentes las cruces en las bifurcaciones próximas a las poblaciones, que eran aprovechadas para encomendarse al iniciar el camino o para dar gracias al finalizar el trayecto. Del acto de arrodillarse o humillarse ante la cruz deriva el vocablo humilladero con el que se designan las cruces y el entorno en que se levantan. Unas veces fueron los concejos quienes costearon la erección de cruces, pero por lo general fueron los particulares o las cofradías locales quienes acudieron a levantarlas como una obra más de misericordia.

 

            En total estudian siete, que son: Los dos que se hallan en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, la “catedralina”; la cruz de la ermita de los santos Abdón y Senén, en el Paseo de los Santos; el crucero del cementerio, el de la ermita de la Soledad, el del camino de los Charros, la Cruz del Señor y el de Santa Lucía.

 



            Los del templo de Santa María los autores tuvieron mucha información de don Gregorio Carrasco Montero, que fuera párroco de Brozas durante 33 años, terminando como canónigo en la iglesia concatedral de Santa María de Cáceres y conocía muy bien la situación de los monumentos de la localidad, especialmente los religiosos. Ambos cruceros fueron trasladados desde las cercanías de la ermita de San Antón, Patrón de la villa de Las Brozas.

 


            Del crucero del Paseo de los Santos, ambos investigadores indican que sobre dos gradas cuadrangulares se alza una columna sobre base cúbica, lisa y monolítica de cantería. No se conserva ni capitel ni la cruz, se ha colocado absurdamente encima de la columna un farol moderno que rompe con la antigüedad del conjunto pétreo de la cruz”.

 


            El del cementerio fue trasladado desde las cercanías de la ermita de San Juan, el edificio religioso más antiguo de la villa, y que desde hace años espera su restauración, una vez que se sacaran los restos humanos, pues más que una ermita era, últimamente, una dependencia del cementerio municipal.

 

            En las afueras de la población, al oeste, en la carretera de Herreruela, está la ermita de la Soledad, con un precioso crucero: Obra del siglo XVI. En el lado este de la misma se alza un magnífico crucero sobre cinco gradas cuadrangulares, haciendo constar en uno de los peldaños una inscripción: “LA VERA CRVZ”.

 


            El Crucero en el camino de los Charros, que fue muy transitado entre los siglos XVII-XIX el camino o vereda que iba desde 90 Malpartida de Cáceres y Arroyo de la Luz por Brozas y el Camino de los Charros para llevar en carros o carretas la lana de los lavaderos de Malpartida y Arroyo de la Luz hasta la Sierra de la Estrella, concretamente hasta Covilhá, en Portugal.

 


            La denominada Cruz del Señor, está en la carretera que va a Aliseda, junto a una cerca, un símbolo de la fe cristiana de la población a la que se llega y bendicen a los que la abandonan protegiéndolos en su camino o en sus faenas. Son también marco de rogativas y ceremonias dentro del ciclo litúrgico. Y está realizado en la primera década del siglo XX.

 




            Por último, el crucero de Santa Lucía, en la barriada del mismo nombre, tiene una cruz que se considera que no es de este monumento, sino traída de otro. La cruz presenta una inscripción con las letras: “F. B”, obra presumiblemente del siglo XVII.




            José Antonio Ramos es doctor en Historia, en la especialidad de Historia del Arte, por la Universidad de Extremadura, y es el cronista oficial de Trujillo desde 1993. Por su parte, Óscar de San Macario es diplomado en Ciencias Empresariales y el cronista oficial de Casas de Don Antonio.

 

sábado, 6 de noviembre de 2021

Las Brozas, en una TV de Estados Unidos





          Mi amiga periodista dominicana, Ana Pereyra, productora y conductora del programa "Ana Pereyra en directo TV" hemos colaborado en diversas ocasiones. Ahora toca hablar de alguien  que nos une, el brocense Nicolás de Ovando, gobernador en la isla de la Española y refundador de la ciudad de Santo Domingo en 1506. Aquí abajo el programa de TV subido a las redes sociales.

    Ana Pereyra me informa que "el programa aunque lo colocamos en YouTube y otras plataformas, se ve en parte de Estados Unidos a través de Tvquisqueya canal 1096 y en República Dominicana"


Para ver el programa pica la flecha en la imagen de abajo:


sábado, 18 de septiembre de 2021

En el pueblo de Don Quijote

 



 

            Escribo estas líneas en un caserón manchego que se llama “Los Girones Pacheco”, hoy reconvertido en una lujosa posada en la ciudad de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), el pueblo de Don Quijote, en aquel lugar de la Macha de cuyo nombre no quiero acordarme. Este caserón que regenta la dinámica María Pacheco fue la casa de Alonso Quijano, el Bueno. Y Villanueva de los Infantes es el lugar que han descubierto recientes investigaciones literarias que es el lugar de donde procedía el ilustre personaje de la novela más famosa del mundo. www.losgirones.com

 

            Este pueblo de Infantes ha dado numerosos hijos ilustres: Aquí debió estar Miguel de Cervantes para inspirarse en ese lugar de la Mancha; lugar donde tuvo que ser exiliado Francisco de Quevedo, vivió el gramático Bartolomé Jiménez Patón y nació Santo Tomás de Villanueva

 

            Pues bien, me hallo aquí como miembro de la junta directiva de la Universidad Libre de Infantes (ULI), dirigida por el catedrático y rector José Ignacio Ruiz, en sustitución del doctor Vicente Arias Díaz, fallecido recientemente y viudo de la broceña Teresa Balsalobre. Entre los dos organizamos el 1 de octubre de 2016 un homenaje a Francisco Sánchez de las Brozas, día del que guardo una dulce y amargo recuerdo: Lo primero por el ilustre homenaje al que acudió lo más granado de esta Universidad, y lo segundo por el fallecimiento esa misma noche de mi madre en la ciudad de Talavera de la Reina, habiéndola dejado ir aquella misma tarde, con un beso último, desde Brozas.

 



            Y por Vicente estoy en la ULI y por la ULI en Villanueva de los Infantes, en a que esta tarde intervengo en el precioso edificio de la Alhóndiga, que fuera cárcel del distrito del Campo de Montiel, en una mesa redonda titulada La cultura del Siglo de Oro en el Campo de Montiel junto a ilustrados personajes de la zona que presentan los siguientes temas: Carlos Guerrero Carranza, Las andanzas de Cervantes, del Mediterráneo del Campo de Montiel; Tomás García Fernández de Sevilla, Lo último sobre Quevedo y Villaneva de los Infantes; Francisco López-Muñiz, Los desconocidos del Siglo de Oro en el Campo de Montiel: Jiménez Patón y Ballesteros Saavedra; Luis Riaza, Las manifestaciones de las artes plásticas en el Campo de Montiel y Mari Ángeles Jiménez con su ponencia Religión y religiosidad: Santo Tomás, fray Tomás.

 


Inaugurando la placa en la casa de Jiménez Patón

            Es curioso este pueblo tiene varias referencias con la villa de Las Brozas, todas relacionadas con El Brocense- La primera es que Cervantes elogia a este gramático extremeño, catedrático de Retórica en la Universidad Complutense, con una décima en su obra “La Galatea”; la segunda referencia es que el ilustre escritor del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo, considera a Francisco Sánchez de Las Brozas como su maestro. De este tema tuve el honor de impartir, hace años, una conferencia invitado por la Orden Literaria “Francisco de Quevedo” en el claustro del convento de Santo Domingo, en una de cuyas celdas falleció Quevedo. Tuve la desgracia de perder la documentación de esta conferencia y me la envió mi amigo el cronista de esta ciudad Clemente Plaza. También en relación con el escritor tuve la oportunidad de asistir al entierro de sus huesos en un acto oficial celebrado en la preciosa iglesia de San Andrés. Y, por último, promovido también por la ULI y Vicente Arias, en el verano de 2017, se colocó una placa en la fachada de la casa en la que habitó su paisano el gramático Bartolomé Jiménez Patón, también discípulo de El Brocense. En estas jornadas de 2017 fui invitado a impartir una conferencia de mi ámbito profesional titulada “El turismo en el Campo de Montiel”.




            La apertura de este ciclo de conferencia fue ayer por la tarde en la Alhóndiga, en presencia de la alcaldesa de la localidad y el rector de la Universidad, así como el secretario general de la misma, Rafael Ruiz, quienes hablaron de los 600 años de la creación de esta villa en el año 1421, y la concesión de su carta puebla, que por entonces era dependiente de Montiel. Con la asistencia de un numeroso público, un precioso y divertido concierto a cargo del mariachi “Los Caporales”, uno de sus integrantes, Crispín Gigante, es natural de Villanueva de los Infantes, aunque desarrolla su actividad como profesor de Enfermería en la Universidad de Alcalá de Henares. La actuación, todo un éxito.

jueves, 26 de agosto de 2021

Un convento de la Compañía de Jesús en Brozas

 



            La verdad es que no pudo ser, que la villa de Las Brozas tuviera a principios del siglo XVII un convento de jesuitas, como ya lo tenían Plasencia y Cáceres, además desde mitad del siglo XVI hasta finales del XVII se instalaron en Extremadura hasta seis: Fregenal de la Sierra (1597), Llerena (1631), Badajoz (1634), Higuera la Real (1666) y Fuente del Maestre (1705). En el siglo XVII existieron también tres intentos: Las Brozas, Trujillo y Los Santos de Maimona.

 

            Nos vamos a fijar en el de nuestro pueblo: Hace unos días Luis Lisón, cronista oficial de Alguazas y Ojós (Murcia) y académico de las Reales Academias Alfonso X el Sabio Matritense de Heráldica y Genealogía y el secretario general de RAECO, la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales, de la que tengo el honor de ser miembro de su Junta Rectora, me enviaba a mi correo electrónico este texto:





26 de noviembre de 1630, Murcia .- Recibiose una carta de la villa de Las Brozas, pidiendo que Murcia revoque el consentimiento que tiene dado para que en ella se funde Casa de los Padres de la Compañía. Y la Ciudad acordó que se le responda, que las gracias y consentimientos que esta Ciudad hace, siempre son sin perjuicio de tercero. Y escriban la carta los señores don Francisco de Rocamora, Tomás Galtero [regidores] y Diego Vázquez, jurado. [A.M.M. Actas Capitulares 1630-1631. Folio 132v]

 




            A partir de entonces me intereso por este tema del convento de los jesuitas en Las Brozas y me llevo una agradable sorpresa de que fue el cuarto obispo de Santa Fe (de Bogotá), el brocense don Pedro Ordóñez Flores, quien se interesó en crear dicho convento. Curiosamente, estando en una ocasión en la capital de Colombia y en concreto en su plaza mayor con motivo de la XXX edición de la Feria de Turismo de ANATO (año 2011), donde tuve el gusto de saludar al entonces presidente de aquel país, Juan Manuel Santos, y al que con el tiempo sería secretario general adjunto de la Organización Mundial del Turismo Jaime Cabal y hoy presidente de los empresarios colombianos, cuando me viene a la memoria que esa plaza tenía algo que ver con mi pueblo de Las Brozas. Al regresar a España me dirijo al libro de los Hijos Ilustres de Brozas y me encuentro lo siguiente: “Pedro Ordóñez Flores, quien por su virtud y ciencia llegó a ser arzobispo de Santa Fe de Bogotá”.

El viaje de la vida: Unos días por Colombia (pacorivero.blogspot.com)

 




            María del Pilar Peña Gómez escribió un interesante artículo en la Revista de Estudios Extremeños número 1 de 1993, titulado “Edificios de la Compañía de Jesús en Extremadura (siglos XVI-XVIII) en el que otras cosas decía: Pedro Gutiérrez Ordóñez de Flores, natural de Brozas y arzobispo de Santa Fe, en el reino de Granada, escribe en 1613 al Padre General de la Compañía de Jesús, Muzio Veteleschi, con el deseo de instalar un colegio de la Compañía en Brozas en donde se leyera Gramática, Artes y alguna lección de Moral. En 1617 el padre provincial Luis de la Palma, visita la villa y al año siguiente se redacta la escritura fundacional. Sin embargo, la oposición encabezada por dos curas de la Orden de Alcántara obligó a la Compañía a abandonar después de tres años el lugar. A pesar de sus tentativas posteriores, las continuas repulsas recibidas le movieron a olvidar definitivamente en 1636 esta aspiración.

 

            Otros investigadores de la labor que realizó el arzobispo bogotano Pedro Ordóñez para instalar un colegio de jesuitas en Brozas son Bartolomé Miranda Díaz y Dionisio Martín Nieto, quienes publicaron un interesante trabajo en el Boletín de la Real Academia de las Letras y las Artes de Extremadura en 2016 titulado: Colegios jesuíticos de Extremadura: Don Pedro Ordóñez Flores y la frustrada fundación brocense  Y en este estudio ambos autores difunden el testamento del arzobispo brocense en el que se dice que "Ytten, declaramos que emos tenido siempre voluntad de fundar un colegio de la Compañíadándonos Dios bienes para ello en la dicha uilla de las Broças para bien de aquella tierra donde tengan estudios de gramática, artes y teología respecto de que en la prouincia de Extremadura, siendo tan rica y florida y de tan buenos lugares no ay más del de Plasencia que está a catorze leguas de la dicha villa de las Broças, y esto tenemos platicado con los superiores de la prouincia del Perú y de ésta diuersas vezes..."

 

            Y argumentan ambos autores que aún no se había colocado la primera piedra del edificio cuando la comunidad franciscana del convento de Nuestra Señora de la Luz de Brozas, junto con las de las cercanas villas de Alcántara, Garrovillas, Valencia de Alcántara y Arroyo del Puerco, se personaron ante el Consejo para solicitar que el proyecto no siguiese adelante… parece más que probable que el hipotético decaimiento de las limosnas fuera una de las razones argüidas por los franciscanos·-

 

            El hecho es que el convento no se pudo hacer y el pueblo de Las Brozas dejó de percibir las enseñanzas que pretendían darle los jesuitas en los estudios de Gramática, Artes y Teología…

 

(La fotografía del arzobispo Pedro Ordóñez Flores es una gentileza de Antonia Garcés y Bartolomé Miranda).

miércoles, 11 de agosto de 2021

“Brozas”, en un periódico de Hawái

 



 

 

            Estos días “El Periódico de Extremadura” publicaba un interesante reportaje de los extremeños que fueron a trabajar desde España a Hawai y de ellos apenas se ha sabido. Entrevista al descubridor de este tema, a Manuel Trinidad, bibliotecario de la Universidad de Extremadura y presidente del Club Universo Extremeño, al que me honro en pertenecer. Trinidad ha sido el que ha investigado este tema y me ha proporcionado la relación con Brozas

Enlace para conocer todo el reportaje:

Hawái, destino de una emigración extremeña desconocida - El Periódico Extremadura (elperiodicoextremadura.com)

 






            El sábado 27 de abril de 1907 el periódico de Honolulú “The Hawaiian Star” habla de que entre el grupo de emigrantes había un joven periodista de un periódico de Madrid, al que llamaban “Señor Brozas” que acudió y que dijo que iba a plantar una viña- Además llevaba la bendición del Papa para todo el grupo, siendo una autoridad entre los más religiosos.

 

            Hasta la anexión de Hawái por los Estados Unidos, en 1898, tras el desmembramiento del Imperio Español fue un estado independiente, reconocido por Alemania, Estados Unidos, Francia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Rusia, con intercambio de embajadores, incluso para algunos, estas islas, situadas en pleno Océano Pacífico fueron descubiertas por navegantes españoles a mediados del siglo XVI.

 




          Fue el investigador malagueño Miguel Alba Trujillo quien en 2016 publicó el libro SS Heliopolis, la primera emigración de andaluces a Hawai (1907)”, donde se menciona a ese periodista que viajó llamado "Brozas", libro que fue traducido al inglés. En uno de sus trabajos, este profesor de la Universidad de Málaga escribe: Desde la colonia británica de Gibraltar se emitieron miles de folletos que las agencias consignatarias, realizando labores de contratación, distribuyeron por pueblos y apartadas pedanías, con la decisiva colaboración de los agentes o ganchos. La campaña no se limitó a la región andaluza y la difusión llegó a pueblos de León, Zamora, Salamanca, Madrid, Alicante, Cáceres e incluso Menorca, como certifica la lista de embarque.

 




          En la página 197 de la edición en español de su libro, Miguel Alba cuenta en una nota a pie de página: El nombre o apellido del periodista “Brozas” no aparece en el registro de pasajeros que viajaron desde Málaga hasta Honolulú. Cotejadas las diferentes posibilidades de la no aparición de este nombre en el listado, todo hace indicar que su nombre fue transcrito de forma errónea. Tras una ardua investigación, no se ha podido localizar artículo alguno firmado por este individuo. Si este periodista hubiera escrito los avatares del viaje, como reseña el periódico hawaiano, sería un documento de incalculable valor histórico el cual o no se llegó a escribir o se perdió en algunas de las plantaciones donde pudo ir a trabajar este enigmático personaje.

 




          A Honolulú llegaron unos 8.000 españoles a cultivar la caña de azúcar, de los cuales unos 2.000 eran andaluces, que se fueron principalmente en el barco Heliopolis, que salió del puerto Málaga y transportaba a agricultores sin trabajo menores de 45 años y a sus esposas menores de 40. En resumen, no fue una buena experiencia muy agradable porque fueron explotados, por lo que muchos de ellos salieron de las islas Hawai y llegaron hasta California… pero esta es otra historia.

 

          Sin duda, es algo curioso que intentaremos investigar para acabar con esa incógnita.




          Una vez publicado este artículo en mi blog “Cronista de Las Broza” se ha puesto en contacto conmigo el doctor Ramón Marcos, natural del cacereño pueblo de Torrecilla de la Tiesa, pero residente en Brozas como unos 40 años, donde ha ejercido, hasta su jubilación la medicina. Me cuenta que siendo joven se hospedó en “La Troya” de Trujillo. Los dueños eran el señor Plácido y la señora Concha. El señor Plácido era uno de los extremeños que nacieron en Hawai, ya que su padre se había ido como emigrante. Y se sentía muy orgulloso de haber nacido en Honolulú. Me contaba que uno de sus hermanos está enterrado en esta ciudad, pues murió durante la estancia de su familia en aquella isla. Con el dinero que trajeron montaron “La Troya”.

 

lunes, 2 de agosto de 2021

El archivo municipal de Brozas

 



 

            Una persona de la villa me envía, por internet, y por el sistema PDF el libro “Guardianes de la memoria, de la Isla a Moctezuma. 60 años del Archivo Provincial de Cáceres”, libro que agradezco y que me trae a la memoria cuando de jovencito iba al archivo cuando se encontraba en el Palacio de la Isla, construido por los Blázquez Mogollón, en el siglo XVI, donde ahora se halla el Archivo Municipal de Cáceres, que dirige mi buen amigo, el cronista oficial de la ciudad, Fernando Jiménez Berrocal.

 

            En esta obra, de 150 páginas, editada por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura, hay varias referencias a Brozas en lo referente a su archivo municipal, que vamos a ir divulgando en este artículo. Era el catálogo de una magna exposición con motivo de los 60 años del Archivo Histórico Provincial, exposición que se dividía en cuatro grandes apartados:  El primero la historia del Archivo Histórico Provincial de Cáceres y sus inicios; La segunda y la tercera dedicada a los Archivos Públicos y la 4 a los Archivos Privados y Colecciones. En total se mostraron 84 documentos.


 


            En la introducción, Manuela Holgado Flores, la entonces consejera de Cultura y Turismo decía: Las fuentes documentales que proporciona el Archivo Histórico Provincial de Cáceres son innumerables, y sientan las bases para el estudio de la historia, de la economía, la estructura social, la política, la sanidad, la justicia, la organización del territorio y el urbanismo, las costumbres, el arte, el ocio y la vida cotidiana y un sinfín de temas de investigación”.

 

         El libro comienza con lo siguiente: El Archivo Histórico Provincial de Cáceres se creó por Orden del Ministerio de Educación Nacional de 28 de septiembre de 1950 (B.O.E. de 20 de noviembre), a propuesta del Excmo. Ayuntamiento de Cáceres, y de acuerdo y conformidad con las bases aprobadas por su Comisión Municipal Permanente y gracias al apoyo del alcalde de Cáceres, el brocense, D. Francisco Elviro Meseguer y a la inapreciable ayuda de D. Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, casado con una brocense Su primera finalidad fue reunir los fondos documentales de la provincia. El primer director que tuvo el archivo fue D. Víctor Gerardo García Camino, cargo que compartió con la dirección de la Biblioteca Pública desde 1950 a 1958., quien fue profesor mío de Literatura Española en el nuevo Instituto “El Brocense” en mi etapa de estudiante de Preuniversitario, el famoso PREU, cuyo “taco” más fuerte era; ¡Cuernossss!

 

             Y continua: Los primeros fondos que ingresaron en el Archivo fueron los protocolos notariales de las notarías de Alcántara, Garrovillas de Alconétar, Logrosán y Hervás que se transfirieron en septiembre de 1950. Ese mismo mes se efectúo el depósito de los archivos municipales de Brozas y Madroñera. Los documentos del archivo municipal de Brozas son un total de 404 y van desde 1522 a 1888. En este apartado hay una documentación de 220 x 310 milímetros, con un sello de placa, del 7 de octubre de 1699, fechado en Madrid, que trata de los autos del pleito entablado ante el Consejo de las Órdenes por Juan Barriga Andrés, vecino de Brozas, contra los vecinos hijosdalgos de dicha villa solicitado que se siga la costumbre de elegir los oficios públicos alternativamente, un año entre los hijosdalgos y otro año entre los del estado general (Archivo Municipal de Brozas 18/5).

 

            En los Protocolos Notariales del Archivo hay un documento de 1848 de Brozas que es un libro cosido de 220 x 320 milímetros, que es el protocolo de instrumentos públicos pasados por la actuación del escribano Manuel Gómez Chaparro.

 




            Sin duda habrá que revisar estos escritos históricos de la villa de Las Brozas y estudiarlos en profundidad.

viernes, 30 de julio de 2021

Olé por Brozas

 


REPORTAJE PÙBLICADO EN LA REVISTA ALDEHUELA, 

NÙMERO 226, DE MAYO-JUNIO DE 2021, PÁGINAS 20 Y 21.


            Vicenta Navarro Nogales (Brozas 1903 - 1997) es la autora de este pasodoble “Olé por Brozas”. Vicenta fue un ama de casa, viuda que fuera de Herminio Torres Cava, el autor de la primera película de ficción de Extremadura, gran fotógrafo que publicó sus fotos en el periódico “El Brocense” y que fue “asesinado por los marxistas el día 3 de diciembre de 1936”, según reza en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército del viernes 31 de enero de 1941, en su página 471, por la que se le concede a ella la Medalla de Sufrimientos por la Patria, con cinta azul y carácter honorífico.

 

            Vicenta Navarro nació el 16 de junio de 1903 en la calle Santa María de Brozas, concretamente en la casa que con el tiempo se instaló la pescadería de Ángel “el Recovero”, a los pocos meses su familia se fue a vivir a la calle Derecha, a la casa del balcón de esquina, hoy propiedad de la familia García. Era la segunda de ocho hermanos, tres varones y cinco mujeres.

 

            De muy niña empezó a ir muy pequeña al Colegio de la Doctrina Cristiana medio pensionista donde también fueron llegando sus hermanas. En dicho colegio había una monja que era de Sevilla (la hermana Rosario) y había estudiado piano en el conservatorio y empezó a enseñarle este instrumento musical. Le salió tan buena alumna que con seis años tocó el piano delante del obispo que fue a Brozas en visita pastoral, que por entonces era monseñor Ramón Peris Mencheta, obispo de Coria desde 1894 a 1920.

 

 

            La niña comenzó por prepararse en Brozas con la hermana Rosario e irse a examinar al Conservatorio de Madrid libre. Así hizo hasta 5º de piano (la enseñanza elemental) y 6º, 7º y 8º se matriculó oficial y se fue a Madrid para hacerlo. En 1921 le dio clases el director del Conservatorio de la capital, que por aquel entonces era el prestigioso Tomás Bret6on, autor de la zarzuela “La verbena de la Paloma” Terminó la carrera con 18 años pretendió dedicarse a la música, pero sus abuelos no lo consintieron y tuvo que regresar a Brozas donde estuvo hasta que su padre se metió en negocios que no sabía y se arruinó. Toda la familia, menos el hijo mayor que ya se había casado, emigró a la capital de España.

 

            Allí, a poco de llegar, murió el cabeza de familia y entonces Vicenta se puso a dar clases de música, pero como era insuficiente para mantener a una familia de 9 personas y sabía coser, porque le hacía cosas de vestir a sus hermanas pequeñas, se fue a una academia a aprender corte y confección. Por esos conocimientos montó un taller, algo así como el de la famosa serie “El tiempo entre costuras”, pero mucho más grande, ya que en él llegaron a trabajar un total de 25 personas 23 obreras, más dos de sus hermanas pequeñas. Cosían para El Corte Inglés de principio de los años 30. Se iban a París a los desfiles y compraban un modelo de abrigo vertido o cualquier otra pieza; se lo daban a Vicenta con las piezas de tela necesarias para que le hiciera un montón iguales para venderlos. Se casó a los 31 años con Herminio Torres, ocho años más joven que ella

 




            Después llegó la guerra civil, siendo asesinado en Paracuellos su joven marido cuando ella estaba embarazada de su hija póstuma, Herminia Torres, que nació en febrero de 1937. La familia seguía viviendo en Madrid hasta 1943 que pidió la excedencia en la oficina donde trabajaba de administrativa y se vino a vivir a Brozas; dos años más tarde se casó con el hermano de Herminio, Salomé, un hombre que “era más bueno que el pan, y para mí ha sido mi padre”, en palabras de Herminia Torres Navarro. En 1946 nació su hermano Francisco Javier y al siguiente su hermana, María Dolores.

 

            Esta mujer, conocida por muchos broceños, pero es muy desconocida en su faceta artística: Le encantaba `pintar. Por eso ofreció a su hija un biombo con unos flamencos, un venado y unos niños y su hijo tres o cuatro cuadros más de un estilo más del siglo XVI que del XX. Era una verdadera “manitas”, pues hacía de todo: De albañil, de carpintero montaba a caballo...

 



            Hacia el año 1965 debió componer este singular pasodoble titulado “Olé por Brozas”. Durante unas vacaciones de su hija Herminia, le dijo: "mira lo que he compuesto; haz el favor de echarle un ojo y si algo no está bien, lo arreglas” y tuvo que arreglarle dos o tres “cosinas” que no se ajustaban lo escrito a lo que tocaba...

 

            La única actividad pública que tenía era tocar el órgano de Santa María en las novenas de la Inmaculada y algún festejo más. Se hacía acompañar de Juanita Marchena, (hermana de Julia, la mujer del farmacéutico José Antonio Rodríguez, que entonces estaba al lado de la Sociedad de la Peña, reconvertido el bar hoy en un supermercado) y que cantaba muy bien; tenía una bonita voz de soprano A ella le enseñó el “Ave María”, de Schubert y le salía muy bien. Compañeras de cantos religiosos eran Carmen Morcillo, que tenía voz de contralto y hacía muy bien las segundas voces y Amparino Rodríguez.

 




            Vicenta vivió desde los años 40 siempre en Brozas, tocando el piano todos los días del año. Murió el 3 de agosto de 1997 de una embolia pulmonar en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres.







LA PIEZA MUSICAL: