Mi vida se mueve desde hace 50 años alrededor
del periodismo, principalmente escrito, aunque también radiofónico y últimamente
en medios digitales.
Todo ocurrió un día del Domund de 1968,
la jornada dedicada por la Iglesia a las misiones. Un día como hoy, los jóvenes
de la villa cacereña de Las Brozas realizamos una interpretación teatral en el
cine-teatro de Cachucha, oficialmente conocido como Cine López, y en él trabajamos,
por sugerencia del párroco de los Santos Mártires, don Constantino Calvo y
Delgado, (calvo, sí; pero delgado, no), una excelente persona que puso un cine “La
Unión” para sacar dinero para ampliar el edificio religioso que era una ermita
y desde los Reyes Católicos quería ser todo un templo, cosa que a fe que lo
logró.
Pues bien, tras la actuación de los jóvenes
brocenses redacté una crónica que envié a la edición de Cáceres del periódico
regional “Hoy”. Tuve la suerte de que me la publicaran y al recibir el ejemplar
la recorté y la puse en mi cartera de muchacho de 15 años. ¡La enseñaba a todo “quisqui”!
Y venía en letras mayúsculas mi nombre FRANCISCO RIVERO y debajo una media
columna del rotativo. Fue mi comienzo. En cuanto encuentre esta crónica me
prometo enmarcarla.
Después vendrían otras noticias, como cuando
di en Radio Popular de Cáceres, hoy la cadena COPE, sobre un cementerio del
siglo XVIII que se había descubierto en la villa por unos trabajadores en una
obra, concretamente en lo que hoy se llama Travesía de Gabriel y Galán detrás
de la Plaza Nueva y que en mis tiempos jóvenes era la Calleja de los Muertos,
donde se encontraba un antiguo cementerio.
Fueron mis comienzos. Con el tiempo
entrevisté en Cáceres al grupo de Fórmula V y también al cantante Michel, de
los Bravos, cuando eran los números uno con su “Black is black”, y con el
tiempo a en Mallorca, entre otras muchas personalidades, al poeta Rafael
Alberti, al escritor argentino Jorge Luis Borges, en 1980, o una exclusiva del Premio Nobel
de Literatura. el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, cuando su viuda me trajo
desde París un poema inédito o, también, a un hombre que pisó la Luna, pero
esto ya… es otra historia.