Hubo mucha gente en el homenaje que Izquierda Unida de Brozas ofreció ayer a su camarada más ilustre: Pedro Antonio Blanco Aldeano. Muchísimas personas fueron por ser quien era Pedro Antonio; otras por tener sus mismas ideas.
Antonio Moreno es el hombre que le ha sustituido al frente del grupo y ahora se presenta para alcalde del pueblo. Es un hombre sensible, pero su discurso supo estar a la altura de las circunstancias.
Un vídeo con imágenes de la vida personal, laboral y política de Pedro Antonio; una entrega de premios del partido y las palabras de Antonio. Eran dos hombres distintos, pero complementarios; dos hombres luchadores por lo que creen. Y todos les respetamos, aunque no compartamos, en buena manera, sus ideas. La permanencia y coherencia en las ideas de uno – y el respeto a las ajenas- son temas básicos en el plan de vida personal.
Y tras él, la esperada intervención de Julio Ánguita, un hombre también coherente. Fue muy crítico con la situación actual, especialmente con el capital y la Iglesia, pero supo sugerir y exigir a los jóvenes que sean más críticos con ellos mismos y sean capaces de luchar por la sociedad en la que están, estudiando con ganas y siendo líderes en sus trabajos. Su tema fue la III República Española, pero antes quiso hablar lo que era republicanismo basado, según él en lo que ya pedían las Constituciones de la I y II Repúblicas: La justicia social. No habrá república si antes no nos exigimos como pueblo –decía- en ofrecer a los ciudadanos un trabajo digno, una educación, una sanidad y una justicia social.
Al final del acto ya en la carretera, le saludé y me presenté como cronista oficial. Estuvimos hablando un ratito de la importancia histórica del pueblo de Ovando, de Nebrija y de El Brocense. Me dijo que la visita que había hecho por el pueblo el había encantado.
Tras el acto, que se prolongó durante tres horas y media, hubo una cena de compañerismo comunista en el restaurante “Las Viñas” al que acudieron 58 personas.
